RaúlSantana

"Poet's Room"

Texto del catálogo, instalación del artista argentino Horacio Sapere en Galería "BMB",Amsterdam, Holanda-1996

La instalación de Horacio Sapere es una singular ficción conmemorativa: homenaje a la poesía realizado por un artista que, como todos los hombres también es transportado, soportado,impulsado y soñado por el lenguaje. Heidegger decía que "el es ya un poema olvidado" y Beuys dijo que la escultura empezaba en las palabras.Antes o después, como en un agua que establece-a penas se la toca- secretas o subterráneas corrientes, la palabra nos atraviesa a todos. Sapere, que siempre amó las palabras de los poetas y que tantas veces habla ese poema olvidado, ahora parece advertir el concepto de Beuys y aquí, desde su hacer que compromete forma y espacio, conmemora con su expresión hecha en la educación de otra materia aquello que dijo su compatriota, el poeta Horacio Pilar:" que las palabras libres atraviesan el corazón de los hombres y nos lavan con la mirada de los muertos". Esta singular ficción evocadora trae en su silencio lo ausente, invita a que seamos invadidos por las palabras libres, invita a una corporización que depende del diálogo que, en su silencio, entabla con el espectador. Estas sillas ¿son sillas poetas o poetas en forma de sillas?. Sapere hace comparecer en esta obra un potente conceptualismo que, sin desdeñar la escultura, se instala en la tridimensionalidad, ocupa un espacio: sillas de poeta con textos de plomo en sus respaldos y ocurrentes objetos en sus asientos. Poner un objeto en un lugar todavía no es alcanzar la convocatoria que debe producir la instalación. Un vaso, un cenicero, una botella o cualquier objeto pueden ocupar un lugar pero aquí la palabra lugar es eso que a diestra y siniestra vemos ocupado, Pero las sillas de Sapere más que ocupar un lugar lo sitian, es decir, hacen del lugar un sitio (Y quiero traer a colación el sentido militar del verbo sitiar). Este es el sitio y aquél el lugar y Sapere nos introduce en un sitio donde el espacio ,más allá de las definiciones que lo intentan determinar, se llena del fantasmagórico poder de la palabra del poeta. Y así como Sapere sitia el espacio, los poetas sitian la lengua, hacen su topología. Y este podría ser el primer punto de encuentro entre la poesía y la obra de Sapere: un espacio sitiado donde comienza el diálogo de los poetas que no es la más amable de las conversaciones, sino las palabras que sitian el espacio, la conversación que sólo, puede llevarse en el corazón como un rito que no nos enseña nada sino que nos obliga a recorrerlas como una ceremonia, pues ¿qué dijo Brossa o Dylan Thomas o Artaud? Todo y nada, pura singularidad irreductible un mapa lleno de invisibles conmemoraciones en el que entramos y salimos sin poder desentrañar- lo que sería una tarea infinita- la lógica del poema. Esta sillas parcialmente vacías invitan a ocuparlas ¿pero quién podría sacar o correr los signos que las ocupan? Ellas nos cobijan con un aire hecho de memoria y presente:dispuestas en círculo dejan un vacío en el centro que, entre las voces evocadas, pareciera ser el protagonista máximo. ¿Qué se conmemora en esta instalación? ¿Algo acontecido o lo que aún acontece? Si pudiéramos oir las voces inaudibles que entrelazan como en Babel sus cambiantes sonidos, tal vez comprenderíamos que se conmemora lo de siempre, la búsqueda de un sentido, si podemos agregar: dirección sentida. Homenajear a la poesía desde una instalación puede ser un fiasco o, como en el caso de Sapere, la impulsión de un nuevo mapa que, en su mudez extraordinaria tal vez despierte secuencias en nuestro corazón que, como como dijo Deleuze: "es el órgano amoroso de la repetición". Y sui Horacio Sapere logra sitiar el espacio convocado es por que ha sabido escuchar la enseñanza de la poesia que lo habita y que es el saber del corazón. El espectáculo está inaugurado: las sillas y los signos se corporizan en el espacio que ya no es un lugar sino un sitio en la lucha perpetua entre las voces de los poetas con el vacío y ahora falta recorrer un tramo difícil: ¿Nosotros miramos a las sillas o ellas nos miran?. Este es el enigma y cuando las sillas comiencen a mirarnos ingresaremos a la dimensión que nos propone el artista.


Raúl Santana
Ex Director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
Curador Centro Cultural Recoleta


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