MaggieAtienzaLarson
"Almarios"
- Centro Cultural Borges 2000

por Mercedes Casanegra

A lo largo de los'90, Maggie Atienza ha centrado su obra en elaboraciones estético - vivenciales de sus propios procesos vitales. Sus trabajos del período '99 - '00 consisten en dos series de cajas- objeto que vuelven sobre el tema de la autorreferencialidad. Las primeras, cronológicamente anteriores, llevan sólo títulos particulares; en cambio, al conjunto de la segunda serie de lo ha denominado "Almarios". Su actitud conceptual ha sido de reconcentración personal sobre sí misma, tal como si hubiese emprendido un viaje hacia su ser íntimo. Cada obra es una estación de ese tránsito, registro de una actividad interior, privada.

Las de la primera serie son cajas encontradas, cuyo origen rústico no se esconde. Esto da idea de materia prima básica sobre la cual habría una labor de ser realizada. Ellas serían la manifestación de una realidad primigenia, referencias a circunstancias de la propia vida de la artista. Los espejos donde puede mirarse a sí misma; las tapas enrejadas, que aluden a confesionarios de iglesias, refuerzan la idea de diálogo con su inimidad .

La leyenda de Sansón y Dalila como símbolo de una posesión de una determinada fuerza vital, o la negación de ella en su persona. La inclusión de cabello verdadero remite a su propia alopecia relacionada con la pérdida energética que le ha provocado.

En los "Almarios", serie formalmente uniforme, las cajas son de color y éste varía de una a otra. La particularidad del conjunto está dada por las pequeñas puertas que abren y cierran cada una. En ellas transparecen - a través de un procedimiento cuasi- fotográfico- imágenes que establecen un juego con la parte interior. Interior, paralelo del alma en los seres humanos. Imágenes de sueño y realidad en la complejidad que ésta encierra.

En estas series, dos caras de un mismo desarrollo, MA profundiza un ejercicio vivencial a través del trabajo artístico.

En una práctica de coraje existencial, que la caracteriza, deja ver a los espectadores cual es su manera de enfrentar la vida. esto coincide con la vigencia en la actualidad de nuevos paradigmas: la manifestación abierta de la subjetividad. pero, por otra parte, hay razgos de oposición frente a características de época. El más sobresaliente / destacado es la aceptación del sufrimiento como parte de la realidad. El presente y la sociedad globalizada destacan el hedonismo vacuo como componente infaltable del ser contemporáneo.

La variedad de los colores de los "Almarios", a la vez tornasolados, se ofrecen como el fenómeno siempre sorprendente del arco iris. En la tradición cristiana al arco iris se lo ha considerado como el signo de un nuevo comienzo de la vida (1). MA, en un gesto de reubicación ética, muestra la posibilidad de reconversión del dolor en energía vital. Y, de modo paralelo, instala en el ámbito cultural del presente, carente y olvidado de ciertos códigos referenciales, la poetizavción de su propio desarrollo personal.

 

(1) Jean Chevalier. Diccionario de símbolos. Ed. Herder, Barcelona 1986, pag 137.

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