La
caída del Muro de Berlín acabó con la guerra fría
cuando el siglo XX llegaba a su fin, Mientras tanto otros siguen en
pie. En el siglo XXI se construyen muros más sofisticados y se
levantan otros intangibles, pero tan contundentes como los de material.
Los muros se derriban sólo para las mercancías y el Capital.
CONSTRUCCION
DEL MURO DE BERLIN
En 1945, al término de la segunda Guerra Mundial, los vencedores
de Alemania (Estados Unidos, la entonces Unión Soviética,
Inglaterra) ocuparon y dividieron, para su control, el territorio alemán.
Esta división fue una consecuencia directa del conflicto armado
entre los poderosos del mundo: ninguno de los vencedores quería
que el antiguo régimen fascista volviera a adquirir poder. Los
Estados Unidos y la Unión Soviética (ahora Rusia) acordaron
ocupar el país para después hallar un régimen pacífico
y de libertad para los alemanes. Muy pronto se vio claro que las potencias
vencedoras no podían ponerse de acuerdo sobre una política
de ocupación común. En definitiva, detrás de todo
este proceso estaba la rivalidad ideológica de dos sistemas sociales
opuestos y la política expansionista del gobierno soviético
de entonces.
LA CAPITAL DIVIDIDA
Berlín. Desde 1961 hasta 1989 Alemania estuvo separada. Lo difícil
de esta creación de fronteras en un mismo país fue que
mucha gente, en un corto periodo, tuvo que separarse de sus familias
(que podían vivir simplemente en el otro lado de la ciudad);
muchos trabajadores se quedaron sin empleo por la construcción
del muro, y sobre todo fueron instaurados sistemas sociales que separaron
no sólo a los ciudadanos alemanes en su territorio, sino también
en creencias, en afectos y en formas de vida; todo esto sin consultarlo
previamente. Las resoluciones para Alemania se tomaron en el seno del
conflicto entre las potencias más fuertes, Estados Unidos y la
Unión Soviética, que se disputaban el poder del mundo
a través de una carrera armamentista que preocupaba por la constante
amenaza de una guerra nuclear.
Berlín, la capital, también fue dividida. La división
física de la ciudad se consumó en agosto de 1961 con la
construcción de un muro comunista de separación, motivada
por el hecho de que el régimen de la República Federal
Alemana no podía frenar de otra manera la creciente corriente
de fugitivos que querían desplazarse al otro lado de Berlín.
Desde 1961 hasta 1989 Alemania estuvo separada. Lo difícil de
esta creación de fronteras en un mismo país fue que mucha
gente, en un corto periodo, tuvo que separarse de sus familias (que
podían vivir simplemente en el otro lado de la ciudad); muchos
tabajadores se quedaron sin empleo por la construcción del muro,
y sobre todo fueron instaurados sistemas sociales que separaron no sólo
a los ciudadanos alemanes en su territorio, sino también en creencias,
en afectos y en formas de vida; todo esto sin consultarlo previamente.
Las resoluciones para Alemania se tomaron en el seno del conflicto entre
las potencias más fuertes, Estados Unidos y la Unión Soviética,
que se disputaban el poder del mundo a través de una carrera
armamentista que preocupaba por la constante amenaza de una guerra nuclear.
DOS
PAISES
Con la construcción del Muro de Berlín, surgieron dos
países. En el oeste (República Federal de Alemania) y
en el este (República Democrática Alemana), existían
sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos
y compromisos de alianzas diferentes. Los ciudadanos de ambos Estados
disponían de pasaportes distintos, aunque según la concepción
jurídica occidental, todos tenían la misma nacionalidad
alemana. Durante la existencia del Muro, que fue de casi cuarenta años,
muchas personas intentaron cruzar las fronteras por estar en desacuerdo
con el régimen que les había sido impuesto. Los ciudadanos
intentaron escapar de muchos modos: a través de túneles
o saltando el muro desde ventanas cercanas. Algunos lograron salir,
otros fueron encarcelados o murieron en el intento.
En la década de los ochenta, la Unión Soviética
expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen
socialista, con el canciller soviético Mijail Gorvachev. Ese
fue el inicio de una ola de protestas, de movimientos sociales que acabaron
por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo. Entre
los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno,
y en contra de la división, estuvo la República Democrática
Alemana. En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó
la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro. Después
de varias décadas muchas personas volvieron a ver a su familia,
y pudieron por fin, salir de un país que les cerraba la libertad
de tránsito. El Muro cayó, sin embargo todo había
cambiado. El estado de división política finalizó
el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática
Alemana se incorporó a la República Federal dejando así
de existir cuatro décadas después de su fundación.
Las posturas también se hicieron opuestas en cuanto al futuro
de la Alemania reunificada. Las fuentes, que aquí revisaremos,
nos hablarán de cómo, tanto en los momentos que antecedieron
a la división de Alemania, así como después de
la reunificación, ha habido posturas muy Diferentes con respecto
a las resoluciones tomadas para Alemania.
LOS
QUE ESCAPARON
Más de 40.000 personas lograron escapar. (...) En el verano de
1989 se produjo el mayor éxodo de alemanes orientales hacia la
República Federal desde la construcción del muro. (...)
Quince vopos (policías de fronteras), murieron durante estos
28 años. (...) Los berlineses agudizaron su ingenio para intentar
escapar: un hombre cruzó el mar Báltico con un minisubmarino
y consiguió llegar a Dinamarca; un vehículo Isseta fue
empleado 18 veces para transportar a fugitivos, que se escondían
en el hueco de la calefacción y en la batería; un coche
consiguió pasar por debajo de la barra fronteriza gracias a su
pequeño tamaño; una familia utilizó un cable tendido
sobre el muro por el que se deslizaron y otros huyeron con un globo
aerostático.
Una cadena de televisión norteamericana financió a cambio
de la exclusiva la espectacular fuga de 29 personas bajo tierra. Otros
tuvieron menos suerte. Los berlineses que consiguieron llegar a la RFA
tuvieron una muy buena acogida por parte de sus paisanos occidentales
y el Gobierno les dio todo tipo de facilidades. Los medios de comunicación
también contribuyeron creando un clima favorable a la integración.
CAE UNA BARRERA QUE DURÓ 28 AÑOS
El
9 de noviembre de 1989, a las 23.14 horas, ante una avalancha de personas,
se abrieron las barreras del muro de Berlín. El bloque de cemento,
el símbolo más elocuente de la división del mundo
en dos bloques y un obstáculo insalvable entre las dos Alemanias,
se convirtió esa noche en un punto feliz de encuentro entre el
este y el oeste. Miles de ciudadanos de la RDA pasaron al oeste, donde
fueron recibidos por los berlineses del otro lado con champán
y alegría. (...) Después de una noche de celebración,
el alcalde de Berlín, Walter Momper (SPD), declaró en
una alocución: «Ayer por la noche el pueblo alemán
fue el más feliz del mundo».
El derribo del muro coincidió asimismo con la desaparición
del Telón de Acero. Hungría, en 1988 (...) La política
aperturista de Gorbachov en Rusia había posibilitado en marzo
de ese año, en las primeras elecciones al Congreso de los Diputados
del Pueblo desde hacía 70 años, la mayoría para
los políticos reformistas frente a los candidatos más
ortodoxos del Partido Comunista. En verano de ese mismo año,
(...) Polonia se transformó en una democracia de tipo occidental.
El Comité civil Solidaridad, brazo político del sindicato
de Lech Walesa, ganó las elecciones por mayoría y el candidato
Tadeusz Mazowiecki se convirtió en el primer jefe de Gobierno
no comunista en un país del Este de Europa. El final de año
y de década trajo también el fin del comunismo a Checoslovaquia
y Rumanía. La llamada 'Revolución de terciopelo' de Praga
con una protesta masiva y continuada del pueblo checo forzó la
caída del Gobierno. El defensor de los derechos civiles Václav
Havel, encarcelado a principios de ese mismo año, fue elegido
presidente. En Rumanía, la revolución fue acompañada
de un baño de sangre, (...) con la ejecución del Nicolae
Ceaucescu, y su esposa Elena el 25 de diciembre. Con la revolución
rumana, que duró sólo una semana, desapareció el
último régimen estalinista en Europa del Este.
(...)
«Alemania tenía que ser castigada eternamente como país
del Holocausto, y su división era la dura respuesta de la historia».
La eternidad en política puede durar apenas unos segundos. Nadie,
ni en Alemania ni en el mundo, podía imaginar lo que iba a suceder
el 9 de noviembre de 1989, cuando Egon Krenz, secretario general del
Partido Comunista de la antigua RDA, decidió que todos los habitantes
de esta república podían viajar al extranjero. El Muro
de Berlín se vino abajo. Pero para que se produjera ese simple
y fundamental hecho debieron de concurrir algunos factores: por un lado,
el empuje de los ciudadanos alemanes del Este y su fuerza centrífuga
imparable hacia el Oeste; por otro, la pulcritud y el tacto político
de un líder innovador indiscutible, Mijail Gorbachov, y su pretensión
de afianzar su perestroika y la apertura de Rusia al mundo. Sigue
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De
www.canales.elcorreodigital.com
ALEMANIA
HOY
Es desde hace más de una década un país política
y económicamente unido pero en algunos aspectos el Muro sigue
dividiendo a los alemanes. «Pensaba que la integración
del este con el oeste llevaría una década, pero ahora
creo que harán falta 40 años», declaraba a la NBC
Edmund Stoiber, jefe de Gobierno de Baviera, durante la celebración
del décimo aniversario de la caída del Muro. La llegada
de mano de obra joven y cualificada procedente de Berlín Oriental
fue una buena noticia para empresarios y Gobierno, a pesar de los dos
millones de desempleados que había en la República Federal
en 1989. Un alto porcentaje de los nuevos contratos que se hicieron,
sobre todo en los primeros años, han sido para los berlineses
orientales, lo que ha provocado malestar en un segmento de la población,
que acusa a sus paisanos de robarles sus empleos.
Además, las empresas no tienen más incentivos fiscales
desde que desapareció la frontera y algunas se han ido a otra
parte. Alemania sigue siendo la primera potencia europea y la que más
contribuye a las arcas de la UE, pero la última cifra oficial
de desempleados roza los 3,5 millones y no deja de aumentar. Según
un informe del Gobierno presentado en abril de 2001, Alemania no ha
logrado repartir bien su riqueza y las desigualdades sociales han aumentado
de manera notable en los últimos 20 años. La brecha entre
ricos y pobres se ha incrementado al tiempo que se evidencia la diferencia
de rentas entre el este y el oeste. (...) Durante casi treinta años
unas 100 personas murieron en el intento de escaparse al oeste: La primer
víctima fue Peter Fechter en 1962, el último Chris Gueffroy
en 1989. Sigue
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De www.alemania-online
CIERRA LA MURALLA / DESCONTENTOS
El escritor germano Günter Grass asegura que el modo en el que
se produjo la reunificación de su país propicia una peligrosa
centralización del poder, y denuncia que el capitalismo vuelve
a actitudes del siglo XIX. Recientemente provocó una tormenta
política, una más, al pronunciar un discurso en el que
decía avergonzarse de su país por su política de
deportación de emigrantes y por el apoyo militar alemán
al régimen turco. Fue en un discurso en honor del escritor Yasar
Kemal, padre, a su vez, de la novela contemporánea turca, que
recibía el Premio de la Paz otorgado por la Asociación
de Libreros Alemanes, el máximo galardón literario en
ese país. Muchos asistentes lo aplaudieron espontáneamente.
Las autoridades de las primeras filas, sin embargo, permanecieron calladas,
inmóviles, indignadas
Párrafos de una entrevista hecha por Hermann Tersch (La Nación)
a Günter Grass en 1997. Siete años después de la
caída la caída del Muro y de la reunificación alemana:
- Usted fue muy crítico hacia la unificación alemana.
Eso le costó muchos ataques.
- Yo no estuve contra la unidad alemana, eso fue una presentación
falsa de mi postura. Yo estaba en contra de que aquello fuera una simple
anexión, de que se obligara a casi 16 millones de personas a
olvidar su pasado. Y sigo creyendo que no se pueden unir de golpe esos
16 millones a otros 60. Han vivido 40 años en regímenes
diferentes. Todo debía haberse hecho de forma más cuidadosa,
más lenta y sobre la base del federalismo alemán. Yo no
quería la República Federal ampliada, sino una liga de
Estados alemanes. Pero sucedió lo contrario. El federalismo de
nuestra Constitución se vio debilitado. Berlín será
capital y esto siempre tenderá al centralismo, y a los alemanes
nunca nos ha sentado bien. Nuestra fuerza, también la cultural,
está en la pluralidad de nuestro federalismo.
-¿Y ve cumplidos sus temores de antaño? -En 1990, 1991
y 1997 me llamaron "vendepatria", "agorero de la nación"
y de todo. Quienes lo hacían callan hoy porque mis temores se
han visto superados por la realidad. Tanto en la cifra de desempleados
como en el proceso de despojamiento. El 90% de la propiedad inmueble
y del suelo de la antigua República Democrática está
en manos de alemanes occidentales. Es una evolución terrible.
Esto también ha producido una nueva división de las mentalidades:
el [alemán] oriental, decepcionado, se desentiende de lo que
pasa en el Oeste.
- Con la reunificación hubo quien habló del retorno del
alma alemana. Y de que retornaban los fantasmas de un país que
podía volver a buscar un camino propio, al margen del resto de
Europa. ¿Lo teme usted? - No veo un peligro directo porque, por
propia culpa, las dificultades económicas de la República
Federal son muy graves: el marco alemán ha quedado muy debilitado
en los últimos tiempos. Y en lo que siempre he visto una debilidad
-y lo vengo hablando desde mucho antes de 1989- es en esa incapacidad
para definirnos. Hay dos posiciones: la extrema nacional, que se vuelve
nacionalismo, o la que en defensa contra el nacionalismo se disuelve
en lo cosmopolita, creyendo que todos los problemas que tenemos los
podremos resolver en una Europa futura. Esto es también falso.
Hay que hacer el trabajo en casa. Si no, existe el peligro de llevarnos
a Europa las querellas alemanas.
-¿Ve esperanzas para este cambio? -La política alemana
está estancada, y pienso que la de toda Europa también.
Se ha considerado a Europa occidental como victoriosa contra el comunismo.
Y como todos los vencedores en la historia, hace tonterías. Vencer
parece una vía segura a la estupidez. Hemos dado vía libre
al capitalismo, que desde una cierta civilización vuelve a actitudes
del siglo XIX. Muchas cosas que se consiguieron por el largo trabajo
del movimiento obrero están siendo demolidas. Se destruye el
consenso social. Y lo está haciendo el capital. Cada vez que
una empresa despide a sus trabajadores, suben sus acciones. Es una situación
perversa que se refleja en esta relación entre ganancia por acciones
y desempleo. Todo eso ha ido mal.
Fragmento del Discurso de Günter Grass en la entrega del Premio
Nobel de la Paz, al turco Yasal Kemal, en Frankfurt, Alemania, en octubre
de 1997:
-¿Por qué opinó Günter Grass que la unificación
fue realizada equivocadamente? -¿Cuáles fueron los temores
que Grass había comentado, los cuales fueron "superados"
con la unificación?
Señoras y señores, mi llamado va dirigido también
a la audiencia alemana —no sólo a la turca que estaba presente
apoyando a Yasal Kemal— Ninguna persona en esta reunión,
en Paulskirsche, que represente los intereses de Kohl, canciller de
la República Federal Alemana, sabe que por años el gobierno
de la República Federal ha provisto de armas de la República
Turca, que se encuentra desde hace tiempo en una encarnizada guerra
entre su propia gente. Después de 1990, cuando el momento propicio
abrió la posibilidad de la reunificación alemana, tanques
y vehículos armados fueron tomados de los almacenes de la Armada
de la República Democrática Alemana y fueron enviados
a la guerra en el país mencionado. Nos hemos convertido en cómplices.
Hemos condonado este negocio rápido y sucio. Yo estoy apenado
de mi país, que ha degenerado hacia una entidad económica
en la que sus gobernantes permiten tratados comerciales que conllevan
muerte y que todavía se atreven a negar asilo político
a los kurdos que lo solicitan. Sigue
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De redescolar /Otras fuentes
Bibliografía recomendada
Krushev Nikita Sergeevich. The Soviet stand on Germany. Documents, incluiding
diplomatics papers for Germany peace treaty. New York, 1961.
Legies Rudolf R. Los convenios de la cuatro Potencias sobre Berlín.
Berlín, 1959.
Nooteboom, Henryck. La desaparición del muro. Crónicas
alemanas. Barcelona, 1991.
Violaciones de los derechos del hombre. Bonn, Ministerio Federal para
asuntos de toda Alemania, 1962.
Películas recomendadas
La Promesa. Directora Margarethe von Trotta, Rep. Federal Alemana, 1995.
Fortunas de la Guerra. Director James Cellan Jones, E.U.A., 1987.
Las alas del deseo
Belfast
es una ciudad de unos 300.000 habitantes. Desde que estallaron los troubles,
en 1968, la población católica va ganando dígitos
en la demografía de las religiones. En el censo de 1971, el 34%
de los vecinos era católico. En el último censo, el de
1991, era el 42.7%. Y es posible que, en el del 2001, se acerque al
50%. Es el resultado de la mayor procreación de los católicos
y también de la fuga de clases medias protestantes hacia el este,
como consecuencia de la exacerbación del conflicto en Irlanda
del Norte.
Un miembro de Sinn Fein es el nuevo alcalde de Belfast, pero el proceso
de paz no ha derribado ninguno de los muros que separan a sus vecinos.
El City Hall de Belfast era una bastión histórico del
unionismo. Ian Paisley saltó a la fama cuando lideró una
marcha de protesta contra el ayuntamiento porque su alcalde, un unionista
reformista, había arriado a media asta la bandera británica
ante la muerte del papa Juan XXIII. En los últimos años
ochenta, el unionismo colgó de la cúpula del ayuntamiento
un cartel con el eslógan «Ulster dice no», tras la
firma por Margaret Thatcher, en 1985, del Acuerdo Anglo-Irlandés.
Para entonces, Alex Maskey (...) Era un miembro de la quinta del IRA
de Gerry Adams. Tenía 16 años en 1968. (...) Luego, fue
internado como sospechoso de pertenecer al IRA, en 1971 y 1975. Nunca
fue juzgado, pero Maskey reconocería sin problemas que no es
mentira decir que todos los miembros del Sinn Fein de su generación
y de su nivel han sido o son miembros del IRA. En junio de 2002, fue
elegido como Lord Mayor, un puesto presidencial, que no tiene las funciones
ejecutivas de los alcaldes españoles. El Lord Mayor preside las
reuniones del consejo municipal y representa a la ciudad. La alcaldía
de Maskey / Texto: Íñigo Gurruchaga. Londres /17/06/2002.
LINEA
DE PAZ (MURO) DE BELFAST
Construido por Gran Bretaña con el objetivo de dividir la ciudad
de Belfast, capital de Irlanda del Norte. De esta forma los católicos,
partidarios de la independencia del Reino Unido y la reunificación
de Irlanda, viven separados por un muro de los protestantes, partidarios
de la Corona Británica.
El síntoma de la crisis es que, desde el Acuerdo de Viernes Santo
de 1998, no se ha caido ninguno de los 28 ignominiosos muros construidos
para separar a católicos y protestantes en los barrios más
desolados de Belfast. Esta misma semana, se ha construido un nuevo ‘muro
de la paz’ para separar a los vecinos de Belfast. En Short Strand,
desde hace días, católicos y protestantes se lanzan piedras
o pequeñas bombas. También se disparan furtivamente. En
Ardoyne, las brasas de la disputa sobre el paseo de los niños
católicos a un colegio ubicado en una zona protestante, aún
están vivas. Allí se planea ahora otro muro de la paz.
¿Qué paz se construye sobre semejantes cimientos? Una
estabilidad política precaria, en la que el reparto de carteras
ministeriales o alcaldías no difumina la desconfianza mutua.
Crece lo que ha dado en llamarse «alienación unionista»,
el sentimiento de que David Trimble y sus aliados están bailando
al son de un pacto entre el Gobierno británico y Sinn Fein, basado
en avanzar hacia la unidad de Irlanda a cambio de que el IRA no dispare
en público.
UNA
HISTORIA DE IRA
Paz en Irlanda del Norte: "Ejército Republicano" versus
paramilitares; católicos versus protestantes; irlandeses versus
ingleses. ¿Pueden desaparecer de un plumazo ochocientos años
de odio? Las negociaciones van y vienen, y todo indica que en el largo
plazo el Ulster formará parte de la República de Irlanda.
También puede predecirse que la violencia no terminará
pronto. Tal como están las cosas, dentro de ocho días
comenzará un nuevo diálogo por la paz en Irlanda del Norte.
Hasta hace dos meses, el proceso parecía bien encaminado: apenas
asumió su cargo, el primer ministro británico -Tony Blair-
invitó a que el Sinn Fein (el partido político ligado
a la guerrilla católica) participara de las negociaciones sin
exigirles que el IRA (siglas en inglés de Ejército Republicano
Irlandés) decrete previamente un alto el fuego. Aunque se preocuparon
por destacar que no tienen influencia sobre el grupo armado, los líderes
del SF Gerry Adams y Martin McGuinness aceptaron la propuesta. La actitud
de los dirigentes protestantes fue variada: el moderado Partido Unionista
del Ulster (UUP) prestó su apoyo, mientras que el más
radicalizado y violento Partido Democrático Unionista (DUP, con
buena llegada a los grupos paramilitares) la consideró una especie
de rendición. Su líder, el reverendo Ian Paisley, acusó
a Mo Mowlam -secretaria para Irlanda del Norte- de ser "prorrepublicana".
(...) Pero, a principios de julio, la cancha se embarró totalmente
cuando los integrantes de la Orden de Orange -protestantes- anunciaron
que organizarían desfiles en toda la región para recordar
la aplastante victoria del rey inglés Guillermo de Orange sobre
los católicos irlandeses y escoceses. No sólo eso: el
trayecto previsto incluía una recorrida por varios barrios católicos.
Apenas se supo que la secretaria Mowlam había autorizado las
marchas, el Sinn Fein llamó a la desobediencia civil: los irlandeses
respondieron tanto que desbordaron al SF y ni Adams ni McGuinness pudieron
frenar la violencia que se había desatado. El primer muerto fue
un protestante a quien le explotó la bomba que estaba armando.
Durante unos días se vivió un clima de guerra civil similar
al de 1969, cuando los enfrentamientos dieron pie a la ocupación
del Ulster por las tropas británicas. (...)
OCHOCIENTOS
AÑOS
La
ciudad de Belfast tiene su propia versión del Muro de Berlín,
unos paredones verdes que separan los barrios católicos de los
protestantes. Comenzaron a construirse desde la llegada de las tropas
británicas que arrasaron los barrios católicos tras los
disturbios de 1969. No hace mucho que la gente comenzó a animarse
a vivir en barrios mixtos y a relacionarse con los "otros",
más o menos discretamente por temor a represalias. Allí,
como en todo el Ulster, se vive y se muere por la religión a
la que se pertenece.
Aunque los atentados del IRA son más conocidos por su espectacularidad,
los grupos paramilitares protestantes como la UVF (Fuerza de Voluntarios
del Ulster), UFF (Unión de Combatientes del Ulster) y UDF (Fuerzas
de la Defensa del Ulster) no son menos letales: algunos suelen hacer
rondas nocturnas y paran a los transeúntes para preguntarles
si son católicos o protestantes.
(...) ¿Por qué tanto odio? La violencia de uno u otro
lado no es cosa nueva: tiene ochocientos años de antigüedad,
tantos como los de la ocupación inglesa. (...)
LA BELLA EIRE
Eire
-o Erin o Eriu- es el nombre que los celtas dieron a la isla en su lengua,
la gaélica, y que los ingleses convirtieron en Ireland. Aquellos
llegaron allí hacia el siglo cinco antes de Cristo y se fusionaron
con sus antiguos habitantes, los pictos. Su sociedad estaba organizada
del mismo modo que la de otros pueblos célticos: la isla estaba
dividida en cinco provincias (Ulster, Meath, Leinster, Munster y Connaught),
que a su vez se dividían sucesivamente hasta llegar a la tribu
y al clan.
Cuando, hace unos años, el dirigente del IRA Bobby Sands llevó
su huelga de hambre hasta la muerte, no hizo más que resucitar
una antiquísima tradición irlandesa, acorde con el sentido
del honor que tenían los celtas: la víctima de una injusticia
acostumbraba ayunar ante la morada de su ofensor, sabedor del descrédito
en que caería éste si lo dejaba morir de hambre. (A principios
de siglo ya había hecho lo mismo el alcalde de Cork, Terence
MacSwiney, quien murió en prisión después de ayunar
durante sesenta días.) Convertidos al cristianismo hacia el siglo
quinto gracias a Patricio, el obispo que después fue su santo
patrono, vivieron tranquilos hasta que, a fines del siglo ocho, fueron
invadidos por los daneses.
BAJO EL SIGNO DE LA SANGRE
Después del primer despojo las cosas fueron de mal en peor. Robert
Bruce, el rey que unificó Escocia, los ayudó en una oportunidad,
pero fue derrotado y debió volver a su país en 1318. Dos
siglos más tarde, Enrique VIII se proclamó rey de Irlanda.
Su reforma religiosa, resistida en la isla, permutó el odio ya
existente entre los "enemigos irlandeses" y los "sangrientos
ingleses" por la hostilidad entre católicos y protestantes.
A cada levantamiento -como los de los O’Neill, condes de Tyrone;
o las guerras del conde de Desmond- siguió una represión
peor. (...) La última gran rebelión (hasta este siglo)
fue cuando los irlandeses apoyaron a Jacobo II y a los escoceses en
su intento por recuperar el trono, que a la sazón estaba en manos
de su yerno, Guillermo de Orange. Éste derrotó a su suegro
el 11 de julio de 1670 y terminó por someter a los irlandeses
al año siguiente. Las medidas que siguieron no ayudaron a mitigar
el odio: más tierras confiscadas, se desarmó a los católicos
y se les prohibió cualquier manifestación y enseñanza
de su culto. Les quitaron también el derecho a votar y prohibieron
los matrimonios mixtos.
EL COMIENZO DE LA GUERRILLA
La
política desarrollada contra la economía irlandesa afectó
incluso los intereses de los propios colonos ingleses, quienes comenzaron
a pedir que se suavizaran las leyes. Lentamente los irlandeses comenzaron
a recuperar sus derechos (a practicar su culto libremente en 1782, la
emancipación de los católicos y su derecho al voto en
1829). Pero esas leyes llegaron tarde: desde hacía décadas,
sin fuerzas para una rebelión generalizada, los irlandeses habían
comenzado a crear sociedades secretas como la de los Corazones de Roble
o los Defensores y adoptado un sistema de atentados contra funcionarios
y párrocos protestantes (que vivían, entre otras cosas,
a expensas del diezmo obligatorio de los católicos).
Ya entrado el siglo pasado, sucesivas (tremendas) hambrunas obligaron
a muchos irlandeses a migrar y los que quedaron fueron radicalizándose.
(...) El home rule nunca se llegó a sancionar, pero alcanzó
para que los protestantes se preocuparan y solicitaran que, de reglamentarse,
se decidiera también que el Ulster (donde ellos eran mayoría
a causa del exterminio de los siglos anteriores) se desintegrara de
Irlanda. Pero si hasta entonces la acción violenta era muy discutida
por los católicos, cuando el proyecto de autonomía fue
dejado de lado en aras de la Primera Guerra Mundial los irlandeses abrazaron
decididamente la violencia.
Rebelión otra vez La bandera de la independencia fue tomada por
un partido creado a principios de siglo: Sinn Fein ("nosotros solos",
en gaélico). A todo esto, el gobierno británico había
hecho un doble juego: mientras parecía dispuesto a aprobar el
home rule, alentaba a los unionistas protestantes a que organizasen
fuerzas de voluntarios (eufemismo por organizaciones armadas) para defender
el Ulster.
Durante
la Pascua de 1916 estalló una nueva rebelión, que fracasó.
Dieciséis de sus líderes fueron ejecutados, a pesar de
que les habían prometido ciertas garantías.
A fines de 1918, unas elecciones generales dieron el triunfo a los republicanos
en toda la isla excepto el Ulster. Los diputados rehusaron sentarse
en el Parlamento británico para no jurar fidelidad a la Corona
(lo mismo que ocurre actualmente con Gerry Adams y Martin McGuinness,
diputados electos pero no en funciones) y fueron más lejos: declararon
la República Irlandesa, nombraron presidente a Eamon de Valera,
dirigente del Sinn Fein, y establecieron un Parlamento propio. De esta
época data la creación del IRA, el Ejército Republicano
Irlandés.
LA RESPUESTA BRITÁNICA FUE EL TERROR
Encarcelaron
a los líderes republicanos y crearon un cuerpo de policía
formado por criminales perdonados a cambio de servir en Irlanda; entre
enero de 1920 y julio de 1921 incendiaron la ciudad de Corck y gran
parte de las de Limerick, Granard y Balbriggan, además de cien
aldeas y más de dos mil edificios en distintos lugares. Todo
esto sin contar los asesinatos cometidos por los "voluntarios"
y la matanza realizada por el ejército durante un partido de
fútbol en Dublin.(...)
La pelea en el Norte En los seis condados que forman el Ulster nunca
dejó de haber conflictos. Los católicos son ciudadanos
de segunda, a cuyos padres o abuelos sorprendió la división
en un territorio mayormente protestante: vaya como ejemplo el dato de
que en West Belfast, el sector obrero de la ciudad, sólo quince
por ciento de la gente tiene trabajo, porque la mayoría de los
protestantes se niega a emplearlos. Los incidentes más graves
ocurrieron en 1969, cuando el gobierno británico detectó
indicios de una resistencia armada católica.
Era
el resurgimiento del IRA. Las luchas callejeras fueron tales que los
barrios católicos de Belfast y Derry resultaron arrasados. Durante
veinticinco años, la violencia no cedió: el domingo 30
de enero de 1972 (uno de los tantos "domingos sangrientos"
de la historia irlandesa), durante una manifestación murieron
catorce personas a manos de las tropas británicas y otras tantas
fueron heridas. Más de veinte mil soldados ocuparon el Ulster
y fue disuelto el autogobierno. Desde entonces, entre los ataques del
IRA y los de los paramilitares unionistas, murieron más de tres
mil personas. (...)
El atentado más sangriento se produjo en 1974, cuando dos bombas
estallaron en bares de la ciudad de Birmingham y causaron la muerte
a veintiuna personas.
LO QUE ES Y LO QUE SERÁ
El
Sinn Fein está embarcado en tratativas secretas de paz desde
1992. En 1993 el premier John Major y su colega irlandés, Robert
Reynolds, firmaron una iniciativa en ese sentido. En 1994 el SF declaró
un cese de fuego unilateral que, a menos de veinticuatro horas de iniciado,
tuvo como respuesta el asesinato de un obrero católico a manos
del UFF. La tregua duró quince meses y finalizó con una
bomba en los muelles de Londres que causó dos muertos y cien
heridos (...)
La
llegada de Tony Blair al gobierno trajo tranquilidad, pero ésta
terminó en julio último. Tanto Adams como McGuinness sostiene
que las negociaciones deben hacerse junto a los unionistas. Éstos
tienen sus razones para dudar de la sinceridad del IRA, pero los nacionalistas
se pueden dar el lujo de gestos magnánimos porque ya se empiezan
a ver los resultados de una poderosa arma de resistencia pasiva: la
natalidad. Y no es broma: si cuando se dividió Irlanda, los católicos
del Ulster arañaban treinta por ciento de la población
total, ya son -a contrapelo de la tendencia europea- cuarenta y tres
por ciento. La cifra es importante no sólo porque implica que
en un futuro no muy lejano los católicos serán mayoría,
sino porque -a causa de la severa desocupación- representan al
Estado una verdadera sangría de subsidios.
Mal
que pese a muchos, todos saben que -prosperen o no las próximas
negociaciones- el Ulster será a la larga parte del Eire. El problema
no es tanto cuándo sino en qué condiciones se llegará
a ese momento. Desde hace unos años, también, comenzaron
a crearse agrupaciones que reúnen a personas de diferentes credos,
como "Mujeres juntas por la paz", que trabajan para vencer
prejuicios.
De
www.amanza.com.ar
LA
VIOLENCIA EN EL ULSTER
Las calles de Irlanda son un polvorín La crisis es la más
grave de los últimos 20 años. Hay un muerto y cerca de
un centenar de heridos Los esqueletos quemados de los camiones, bulldozers
y kombis aún humeaban en el West Belfast, el barrio católico
en llamas, tras la segunda noche de violencia. Los mismos adolescentes
que los incendiaron para protegerse con barricadas contra la policía
y el ejército jugaban al fútbol con las negras estructuras
de hierro caliente como arcos, mientras las tanquetas les apuntaban
rutinariamente. La crisis en Irlanda del Norte aún no ha cumplido
3 días y es una de las más severas desde que las tropas
británicas desembarcaron 26 años atrás en esta
región, dominada por el odio religioso entre católicos
y protestantes desde el siglo XVIII. El estallido de violencia no sólo
ha enterrado el proceso de paz, que ya estaba moribundo, sino que tiene
su primer muerto: un loyalista protestante que se voló con la
bomba que estaba preparando. Dos jóvenes de 15 años, uno
católico y otro protestante, agonizan en el hospital con heridas
de bala en la cabeza mientras los heridos superan los 100. Un policía
está herido de gravedad, otro tren fue incendiado ante el horror
de los pasajeros en Newry y se vuelven a escuchar disparos de francotiradores
y de las balas de plástico de la policía en el atardecer
del verano en Belfast. Sigue
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De
clarin.com
MILLIONS
BRICKS VÍDEO DOCUMENTAL IRLANDA DEL NORTE EN 1999
D.A.E. (Donostiako Arte Ekinbideak) es una asociación cultural
que proporciona una estructura flexible para la realización de
proyectos de arte en Donostia - San Sebastián. Actualmente está
dirigida por Leire Vergara y Peio Aguirre. Cinilingus - "A Million
Bricks". Bideo Mostra VII. Casa de Cultura Larrotxene, Donostia
23 Abril. A Millions Bricks es un vídeo documental dirigido y
producido por Frank Martin y Seamus Kelters en Irlanda del Norte en
1999. La proyección de este documental se realiza con la colaboración
del grupo Cinilingus de Belfast, una estructura formada por varios miembros
de la comunidad artística de esta ciudad y que presenta un programa
anual de proyecciones de diversos géneros.
A Million Bricks cuenta como en plena euforia económica de los
años 60 los vecinos de la zona residencial Springfield Park,
se habían comprado casa, ignorando que una vez se iniciaran los
disturbios, se encontrarían en el mismo epicentro de una confrontación
violenta entre comunidades. Este documental presenta la historia de
una comunidad dispersa contada por sus propios miembros a través
de los directores quienes, de pequeños vivieron en Springfield
Park y más tarde se animaron a utilizar por primera vez el medio
videográfico para contar la historia de su barrio. Se trata de
gente normal que vio cómo, en el espacio de una década,
sus esperanzas se hacían realidad para luego desvanecerse. Donde
una vez se erigió una hilera de casas compartidas por protestantes
y católicos, ahora se sitúa la mayor línea de la
paz de Belfast, un muro de ladrillos que los mantiene separados. Lo
que antes fue el hogar de mucha gente, ahora es tierra de nadie. Sigue
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De
www.daeweb.org/es
LOS RAPEROS DE SCEANCHAI
La espera terminó por Juan Arturo Brennan
Fue precisamente el escepticismo lo que marcó mi visita a Irlanda
en agosto de 1992, una visita que tenía dos objetivos principales:
acercarme un poco a mis orígenes, al posible trazo de un árbol
genealógico con raíces en Irlanda, y conocer de cerca
la situación política y social de ese conflictivo lugar.
El primero de esos dos objetivos no se cumplió: si en el lugar
donde vivo soy el único que lleva mi apellido, en Irlanda los
Brennan son tan abundantes como los García en México.
Todos y cada uno de los actos del Festival son planeados y realizados
con un fin común: poner de relieve ante propios y extraños
la terrible situación que se vive en Irlanda del Norte y, al
mismo tiempo, establecer con toda claridad el hecho de que la comunidad
republicana trabaja sin cesar por la causa de la libertad, la justicia,
la democracia y la reunificación de su nación.
Música, danza, teatro, exposiciones, conferencias... A diferencia
de otros festivales, cada actividad del Festival Comunitario de West
Belfast se presta a lecturas múltiples que rebasan con mucho
la simple discusión de sus méritos artísticos y
estéticos, y aun las exploraciones históricas son de una
candente actualidad. Sigue
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