Liliana lukin, Cortar por lo sano (fragmento)

Ediciones Culturales Argentinas, Bs.As.,1987
Primer Premio E.C.A., Secretaría de Cultura de la Nación, 1985
(Textos escritos en 1983)








1. la caída de un cuerpo



1



No poder
recordar un rostro
sus ángulos ajenos
hace huecos en el discurso del dolor
muele penumbras trazos líneas
mancha el papel

imaginar un cuerpo
sus blandas máscaras puestas en escena
recrea esa pieza de hotel:

la lamparita donde el color se pliega
y un olor acre de carne cansada
destilando ideas sobre la soledad
el ser
los calzoncillos húmedos
la palabra no dicha el arte estéril

no poder

arma una historia
resucita zonas de placer y violencia
espacios cruzados por un rostro
conos de luz en la quiebra
de un cuerpo

una pieza de hotel donde se va armando
el lado oscuro del retrato: su ojo
abierto
una comisura apenas
para esa mueca.



2



hay un hueco que crece
donde estuvo su cuerpo

región ficticia

ese suelo no sabe
más
que del peso del cuerpo

y todo a punto de morir
en la sabiduría de haber puesto
la cabeza
con dirección oblicua al ventanal



3



la curva de una ceja
tiene menos que ver
con el amor
que con el conocimiento de las formas

el tenía esa línea ciega
sobre la comba de los párpados
que ha dado argumentos a mis dedos
y cultivado el relieve en mi memoria



4



si yo hubiera visto
la retina dejaría de ser
un instrumento
ahora habría en ella una marca
el hueco que su cuerpo imprime
en la pulida lente

despojar de palabras -es la idea-
estos despojos que no se ven
que aquí no quede nada
nada nada
salvo esa costra alrededor
de la figura –en la córnea-
la materia torturada
que un deseo
pueda conservar



5



debe haber caído: la mano abierta
guardando en el centro asco de sí
saliva de la costumbre alrededor

debe haber visto
la miseria del acto
que no mejoraba la vida

una pierna arqueada levemente
cayendo según
la gravedad
habrá modificado las sombras
el testimonio
que la superficie ofrece

la tristeza: un esfuerzo inútil
sobre la pequeñez de las formas
donde las palabras ensayan componer

la historia es
un cuerpo sin explicación sobra la escena
su carne expuesta
al amor y la duda

el lugar

que engendrará leyendas
en relación inversa a la posibilidad
de tocar su rostro por última vez



6



el descendimiento:
una retórica del espacio
para la caída de los cuerpos

ninguna dirección: una figura
es un acto
y en las curvas cerradas
con que cuelga
se quiebra una armonía
para instalar el miedo

sin el hueco de la mujer
él es un clásico que aumenta
su lugar en el vacío
y esos brazos
que habitualmente desbordan
el cerco amoroso
se habrán expandido en lo negro
como hachas hendirían el aire
en un instante sin testigos

y nada ahora dice nada
de esos movimientos delicados
que usó para entrar en la pasión
seguramente fuera de madre
sus pupilas
o bien con los párpados mordiendo
la secuencia inicial




7



él veía su cuerpo sin sufrir
perdiendo suaves líquidos
él era un personaje
que siempre había deseado
y al fin podía ver el cuadro
pensar el color
oler los jugos

él estaba en paz con lo imposible
y nada era salvo
sus brazos
abandonando con precisión
estados adquiridos

él miraba los objetos sin conocer
veía imágenes en el olvido
y este hecho
le traía dolor
lo volvía sujeto del placer
le daba una justificación que no quería

entonces concentraba sus ojos
en un punto de la vida
hasta que le bajaba la presión
y podía abandonarse al goce
de evocar escenas diminutas
que le devolvieran la necesidad



8



su única libertad fue esa acrobacia
entre cuatro paredes

no hay nada que entender nadie que hable
ningún sonido que se pueda escuchar

su única dignidad fue ese silencio
frente a los ojos



9



un dibujo en escorzo
que va comiendo el aire
lo humano allí –como siempre- una herida
cuya profundidad se desconoce

eso: una herida

cara incompleta
para la estimación
doblando cerviz dura quijada
de tántalo hacia el piso
un gesto sin pertenecer

visto de frente: perfecto acercamiento
entre una cabeza y su estrellarse

paso a contar: paso a paso: estaba solo
visto de frente: nada que no se pueda
imaginar golpeando su voluntad contra un mosaico
que debe haberle parecido la infancia



10



aquí en los platos aumenta
la saciedad y el ruido
con que reconstruir lo imaginario

eso que dices
quedamente y confuso / lejos

hay buena luz aquí
para leer
y llueve en otro lugar / separado

ciego e inútil para mí

vas entrando en carnes
sueltas humores
hablas de lo que no sabes




11



en la pieza
la mirada va
hacia la pantalla que nada devuelve:
pero allí están la luz el aire el otro
convocados por esa lámpara goteando
desnuda
sobre la cama ahuecada por el cuerpo
y aquella única luna posible
del ropero que la penumbra traga




12



por la ventana el paisaje luminoso
es un conjunto vacío
a punto
de provocar deseo

no hay sospechas
y allá donde un clamor es el día
y otro la noche
se instala la diferencia:

un rápido temblor que el solitario
reconoce como su propia cólera



13



había pronunciado palabras
que tomaron cuerpo en otro paisaje
y su sombra proyectaba en mí
la posible memoria de estos días

él pronunciaba y yo recuerdo
y ese gesto nada significa
a la luz de los hechos:
hasta la disposición de los objetos
inocua y en el fondo del cuadro
es ahora un vago color
el volumen que modula mi sabiduría
acerca del pasado

había pronunciado es una idea
en realidad él dijo
y yo me alimentaba de esas aguas
con un deseo sin paz que ya olvidé

él pronunciaba y yo recuerdo

y ésta es la cuestión de la muerte



14



habría una mesa pequeña
un vaso azul de agua que no usó
un cenicero de vidrio soportando los restos
y en sus manos la botella
con la que brindara por nosotros

desnudo de todo
y obsceno con su muerte
tendría un brillo en el cuerpo
como de pez y el pelo untado y tieso
no daría cuenta de ninguna tragedia



15



habrá habido un gesto
para mí
en ese simulacro?

“el se va
con su espalda que es única
y que duele
y su nuca que padece las palabras

un alzar el ultimo párpado
para espiar el recuerdo de mí?

él es un camino conocido de lejos
y tu mirada lo recorre
cuando se pierde

(ropas cuelgan esperándome
colgando saben fingir cuerpo)

cada tanto de vuelve y recibe sonrisa
con la mano en el aire

habrá quedado quieto
por mí
en el momento de apretar?

él que tanto amas
sólo sabe marcharse y darse vuelta
con su amor en alto
para decirte adiós”




II

un titubear el labio
saboreando el silencio de mí?

un abatir el índice ensayado
para rozar la memoria de mí?

visto de frente caería bello
y nadie guardara la imagen?

nadie para decirle nada inútil
que pudiera luego contar?

seguro que no fue visto

se sabe entonces si dejó una idea
que rebelara su olvido de mí?

su necesaria pasión por el vacío?

habrá habido un deseo
para mí
en ese abandonar?

visto de costado caería más

(y nadie que sostuviera su cabeza)



16



no está
en ningún lugar está
como no sea éste

miserable

las palabras
a la intemperie
del dibujo que dicto

dicen

el único lugar:
no está ya más.

Eso
es todo.




Liliana Lukin

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