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Extractos del seminario sobre curadurías de artes digitales,

"La velocidad del arte".
Dictado por Eugenio Ampudia del 4 al 7 de marzo, de 2003 en el Centro Cultural Parque España, Rosario.

notas de

Carmen Pezido

 

Los temas desarrollados fueron: Arte y nuevas tecnologías. El papel del artista, El lugar del espectador y El rol de los curadores.  La relación con el  mercado.
 
El arte no da respuestas o soluciones, aporta nuevas preguntas. El artista se mueve en el mundo de las ideas; desde hace más de treinta años el arte es conceptual. La belleza está más en una idea potente que en un bonito color. Lo que el artista tiene en la cabeza se refleja en la obra. Lo que uno como artista espera, es lograr en tres segundos girar dos grados la mente del espectador.
 
Como tantas otras, la tecnología es un arma. La tecnología no es creativa en sí misma, la creatividad está en la idea. El artista, al controlar determinada tecnología, la incorpora a sus pensamientos, piensa sus ideas y produce de acuerdo a esa tecnología.
Esto no es nada nuevo, el máximo ejemplo de tecnología aplicada al arte se refleja en la obra de Velásquez; utilizó todas las herramientas de su época: tratados de óptica, física y perspectiva. La diferencia con la situación actual es cómo irrumpe la nueva tecnología digital: la velocidad nos sorprende. Hoy la tecnología ofrece nuevas posibilidades para producir obras y también nuevos medios.
Creo que las piezas de arte que van a representar esta época serán obras de videoarte, instalaciones interactivas o web-art.
 
Intentar definir el “arte digital” es acotarlo, asignar rótulos limita, no se habla de "oleóartistas", sino de artistas. A veces, los casilleros o rótulos empeoran la situación.
Me defino como un artista interesado en procesos y en estrategias, no como un artista digital. Utilizó las herramientas digitales que mejor responden a cada  proyecto, busco que en mis obras la tecnología se note lo menos posible. Mis trabajos generalmente son piezas cortas, compuestas en algunos casos por pequeños loops de video que se repiten casi obsesivamente. Confío en atrapar al espectador no más de dos o tres minutos.
 
Un artista tiene que ser modesto por el poder, subversivo y peligroso. Considero que un artista en función de una determinada estrategia política puede dar apoyos conceptuales o lúdicos a la gente, no hace la revolución. Las proclamas no tiene que ser directamente las piezas de arte.
 
El objetivo del trabajo en arte es el espectador, debe haber un "feedback", y el espectador es quién tiene que abrir puertas.
En el medio están los galerista, las instituciones, los sponsors, son la barrera entre la obra y el espectador, y a la vez tienen el rol de posibilitar la realización de la “exhibición”.
El artista no debería tener intereses comerciales o empresariales en el mercado de la imagen. Los artistas en la actualidad, estamos lamentablemente, haciendo muchas veces comunicación especializada.
 
Dentro del arte, de las últimas tendencias: imagen en movimiento, imagen digital, video-arte, web-art, etc., la lluvia de información es muy grande y las propuestas muy diversas. Los curadores tienen la responsabilidad de conocer la tecnología y las herramientas con la que fue ejecutada la obra.
Esto lleva a que algunos artistas digitales, como mi caso, nos fuimos involucrando en el hacer de la curaduría de muestras de otros artistas.
Un artista que decide oficiar de curador asume un riesgo: enseña sus criterios y su visión sobre el arte; por otro lado se beneficia porque le permite conocer a más artistas.
 
Los galeristas más conservadores consideran al arte digital como una moda pasajera, creo que es una falta de voluntad de conocimiento.
Las galerías más interesantes a nivel internacional están apoyando de lleno al video arte y al arte digital.
En Documenta de Kassel por ejemplo más del 60% de las obras eran digitales.
El mercado se va abriendo, a través de toda la historia, a las nuevas propuestas de los artistas.
 
El arte es absolutamente útil, las empresas se benefician con la difusión de las exhibiciones.
Siempre que aparece un logotipo de una institución (empresa o espacio cultural) el artista tiene que cobrar.
Los sponsors tienen intereses en el arte. Una empresa como LG, que auspicia exhibiciones, aparece en los textos de cultura de los periódicos y las agencias publicitarias evalúan estas campañas como tres veces más valiosas o efectivas que un aviso comercial. Es fundamental que llegue el dinero al artista.
 
En España un artista cobra aproximadamente el equivalente a un 18% del costo de la exposición más la producción de la obra.
A los artistas les corresponde cobrar por el derecho de exhibición de sus obras. Las instituciones como el Museo Reina Sofía paga a cada artista 300 euros, por derecho de exhibición de obra. Las empresas particulares o galerías pagan hasta 1200 euros.
 
En el caso del net-art el desafío de los artistas es abordar estrategias para seguir creando obras y solventar los costos de producción.
Un recurso empleado es vender las obras a empresas para sus sitios web, los usuarios pueden así obtenerlas gratis. Otro caso son las obras expuestas en galerías virtuales, allí se le paga al artista cada vez que un usuario baja una pieza.
Esto plantea una nueva manera solucionar el problema del artista, que debía buscar sponsor para no quedar fuera del mercado del arte.
 
En Operario de ideas* la intención es crear o generar propuestas incómodas y promover a jóvenes artistas.
Como curadores intentamos que los artistas cobren la mayor cantidad de dinero posible.
Me han comentado algunos casos que ocurren en Argentina, donde el artista esta obligado a pagar para poder exhibir sus obras, realmente me sorprende y lo considero extremadamente perverso y peligroso, esto no sucede en ningún otros sistema de trabajo.
El artista no tiene que pagar, ni hacerse cargo de ningún costo de instalación de sus obras, aún si se tratara de instituciones culturales o museos, porque estas instituciones colocan su logotipo y se benefician. Si las instituciones no tienen dinero para los catálogos, el artista no debe hacerse cargo.
El mercado es un cúmulo de intereses direccionados. Los galeristas tiene que crear intereses entorno a la obra de los artistas.
 
* www.operariodeideas.com. proyecto de gestión de arte que conduce junto a otros artistas españoles.
 
Eugenio Ampudia (Valladolid, España 1968)
Es uno de los nombres más significativos en el panorama español del arte contemporáneo. Asiduo participante de las ediciones ARCO desde 1994. Curador de las muestras "Existencias Agotadas" (Mercado de Fuencarral, Madrid, 1999) "Evolveart" (Madrid y Barcelona, 2000) y "La ventana de la fabrica" (Madrid, 2000-2001). Ha realizado numerosas muestras individuales y colectivas en toda España, en Suiza (Bienal de la Imagen en Movimiento) y en Alemania.
 

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