HOMENAJE A AZUCENA VILLAFLOR arteUna en RRF---> 2004 .............Women, memory of Repression in Argentina

Una flor sobre el metal, Canción dedicada a Azucena Villaflor. Música de Zulma Ducca y Claudina Pugliese, Letra de Paula Jiménez. MP3 1.33 MB >>
Tres mujeres y una flor entrevistas web: consigna e hipótesis. Marta Sacco
interactivo: Anahí Cáceres - Carmen Pezido sobre temas de Zulma Ducca Claudia Masin
>>
Fotografías, Rosa Revsin >>


22 julio 2005 (agencia lavaca/anticopyright) En lavaca.orgesta semana podrá encontrar:

Esther, María y Azucena / El largo regreso a la iglesia de Santa Cruz: Este domingo, a las 16, en la esquina de Urquiza y Estados Unidos, recibirán a las tres madres desaparecidas allí hace 27 años. Fueron secuestradas en un operativo y delatadas por Alfredo Astiz. El Equipo de Antropología Forense reconoció, ahora, los restos de las tres madres en el cementerio de General Lavalle. Habían sido arrojadas vivas al mar. Esta es la historia de esos secuestros.

Conversación con Néstor Busso, presidente de FARCO / El Estado ilegal: Néstor Busso es presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). Fue el primero, también, en pegar el grito cuando el pasado 20 de mayo el presidente Néstor Kirchner firmó el decreto de necesidad y urgencia para extender por diez años las licencias de radio y televisión. Un día después, suscribió un comunicado que comenzaba con el término "bochornoso" para calificar el alcance de esta medida. En conversación con lavaca, Busso acusa al gobierno y a los grandes medios de cómplices de la dictadura y del menemismo, al tiempo que asegura: "vamos a seguir construyendo otro modelo, le guste o no la gobierno".

La Masacre de Puente Pueyrredón / La revolución según la Side: Carlos Soria, jefe de la Side durante el gobierno duhaldista, explicó cuál era el temor del gabinete nacional a mediados del 2002: "El peligro consistía en la integración de la protesta social", declaró en los tribunales de Lomas de Zamora. También dio testimonio Luis Genoud, por entonces ministro de Seguridad bonaerense, quien aseguró que no dio ninguna directiva a la policía provincial porque la fuerza debe actuar de acuerdo a la ley. Roberto Giacomino, jefe de la Policía Federal, y Juan José Beltricchi, titular de Prefectura, negaron haber participado en reuniones de coordinación del operativo. Mientras tanto, el Tribunal dispuso las primeras sanciones: multó a un abogado de los heridos de bala por haber citado a un testigo con una carta documento y expulsó de la sala Vanina Kosteki, hermana de una de las víctimas, por haber insultado a un olvidadizo testigo. El careo que no fue, el documento que apareció en la Casa Rosada y la hinchada de Pitrola.

Jornada por los presos de la Legislatura / Para la libertad: Con el Obelisco de fondo y durante seis horas, familiares y compañeros de los hombres y mujeres presos por manifestar contra el Código Contravencional frente a la Legislatura porteña conmemoraron un año de detención. Intelectuales, artistas, músicos e integrantes de organizaciones de derechos humanos desafiaron el frio para exigir la libertad de los detenidos, que hicieron llegar sus voces desde la cárcel a través de un teléfono celular o de cartas que aquí reproducimos.

arteUna 2005 Jueves 7 de julio , 28 años después....

11/07/2005 AZUCENA, ESTHER, MARY: HAN VUELTO PARA DECIRNOS ALGO
Los Antropólogos Forenses identificaron los trestos de tres Madres de Plaza de Mayo

CONFIRMAN IDENTIDAD

DE TRES MADRES DETENIDAS - DESAPARECIDAS

JUICIO Y CASTIGO
A LOS CULPABLES

Los familiares abajo firmantes y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) convocan a una COFERENCIA DE PRENSA a realizarse el viernes 8 de julio, a las 13 horas, en el Auditorio Gregorio Selser, de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), Alsina 779, Capital Federal, para comunicar la identificación de tres madres detenidas-desaparecidas durante la última dictadura militar.

Ester Careaga
Mabel Careaga
Ana María Careaga
Ana Bianco
Luis Salvador Bianco
Cecilia De Vincenti
Pedro Eduardo De Vincenti
Equipo Argentino de Antropología Forense ( EAAF)


17 julio 2005. Página 12
EL CAMARISTA HORACIO CATTANI Y LA LABOR JUDICIAL PARA LA BUSQUEDA DE LA VERDAD

“La burocracia siempre deja huellas”
Por Victoria Ginzberg

Hace diez años, el marino Adolfo Scilingo sorprendió con su confesión sobre su participación en los vuelos de la muerte. La identificación de las tres Madres de Plaza de Mayo desaparecidas –Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce– permitió corroborar científicamente que los militares arrojaban a sus víctimas desde aviones de la Fuerza Aérea, hecho que además, muchos años antes, habían revelado los sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Entre Scilingo y la recuperación de los cuerpos de las Madres –anunciada el viernes 8– la Cámara Federal porteña realizó junto al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) investigaciones relacionadas con el derecho a la verdad, específicamente con la búsqueda de los restos de los desaparecidos. Esto implicó un trabajo de reconstrucción de la historia de cada víctima, desde su militancia, hasta su secuestro y lugar de detención. Por ahora, se logró rearmar cerca de 50 casos, aunque no todos implicaron la recuperación de los cadáveres. Las Madres fueron las primeras relacionadas con los “vuelos”. Horacio Cattani, el juez que llevó adelante la instrucción de estas causas, relata cómo se realizó esta tarea.
–¿Cómo se llegó a la identificación de las tres madres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y cuál es su valor jurídico?
–A partir de la movilización de diversas ONG con posterioridad a la confesión de Adolfo Scilingo varias Cámaras Federales intentaron diversos caminos para la búsqueda de la verdad y satisfacer el “derecho al duelo”. Se trataba de realizar investigaciones tendientes a determinar el paradero de los desaparecidos aunque no se pudieran imputar penalmente las desapariciones a persona alguna en razón del dictado de las leyes de impunidad y los indultos. La Cámara Federal de la Capital Federal adoptó una política que comprendió dos estrategias bien marcadas: avanzar hacia la nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida y dirigir la búsqueda de la verdad hacia la identificación de la gran cantidad de víctimas de NN que poblaban los expedientes paralizados. La primera se alcanzó con el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia en la causa “Poblete” y la segunda persiste sin prisa y sin pausa habiéndose logrado un salto cualitativo con la identificación de las madres fundadoras.
–Pero no todas las Cámaras adoptaron la misma estrategia.
–No. Por ejemplo las de La Plata y Bahía Blanca en audiencias orales recogieron testimonio de los familiares de las víctimas ya conocidas para completar las indagaciones sobre el modus operandi del exterminio, que ya se habían obtenido en el Juicio a las Juntas y en la causa Camps.
–El general Martín Balza y otros militares sostuvieron que no había registros de las víctimas en dependencias de Ejército. ¿Con qué elementos comenzó la Cámara la búsqueda?
–El pleno de la Cámara me designó como juez instructor y solicitamos el concurso del Equipo Argentino de Antropología Forense, no solamente por su idoneidad técnica sino también por el profundo conocimiento de cómo se había desarrollado el terrorismo de Estado. Contamos con la colaboración de un grupo de funcionarios y empleados del tribunal que había participado en el reordenamiento de las causas de derechos humanos. Toda investigación que pretenda reconstruir el pasado debe partir de ciertas hipótesis que luego deberán ser verificadas. La primera fue discutir la afirmación del general Balza. Nos constaba que se habían destruido registros específicos sobre la represión ilegal pero los genocidios han demostrado que la burocracia siempre deja huellas, y que junto con los registros que podríamos llamar “blancos” (defunciones, inhumaciones, de identidad etc.) debería haber información intercalada sobre los desaparecidos. Así que nos decidimos a buscarla pero con ciertos cuidados: no se podía subir el perfil para evitar provocar la destrucción de la documentación.
–¿Qué medidas se adoptaron?
–Fueron múltiples. En primer lugar se dispuso la preservación de toda la documentación administrativa existente en los tres poderes del Estado relativa al período 1976-1983. Se libraron oficios a las autoridades policiales y militares, registros de las personas, registros civiles, registros de reincidencia, cementerios de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano, la Morgue Judicial y expedientes judiciales. Desde el punto de vista de la técnica pericial se pusieron a punto dos métodos: obtener huellas digitales, mejorarlas mediante técnicas de scaneo y otros procedimientos informáticos y posteriormente cotejarlas con indubitables existentes en los registros de las personas. Por otro lado, existiendo restos humanos, la posibilidad de exhumación, estudios antropológicos e identificación a través de pruebas de ADN. Este procedimiento requería una investigación adicional ya que para saber con quién cruzar esa información debía construirse una hipótesis previa sobre la identidad de los restos.
–¿Cómo se obtuvieron los primeros resultados?
–Fueron la consecuencia del hallazgo de numerosas fichas y algún microfilm en dependencias policiales, en el ámbito del Ejército Argentino y en archivos judiciales. La impunidad del terrorismo de Estado fue tan grande que información fundamental fue hallada intercalada en documentos de la época. Por ejemplo, fue muy común encontrar juegos completos de huellas digitales pese a lo cual las víctimas se enterraban como NN.
En muchos casos se logró la identificación dactiloscópica, pero no fue posible el hallazgo de los restos por haberse trasladado a fosas comunes de los cementerios. En estos casos se practica la rectificación de la partida y se otorga una identidad al NN a través de la inscripción de su nombre en el Registro Civil. En otros casos, como fue el de las madres, se puede recuperar el cadáver y hacer entrega a sus familiares para su inhumación definitiva y con su identidad.
–¿Cuál fue la reacción de las familias ante estos hallazgos?
–La primera reacción es de desconfianza e incredulidad. Después, cuando les explicamos el procedimiento indagan el nivel de certeza y sufren una gran conmoción. Para ellos la historia comenzó en los ’70 con una desaparición y los años avanzaron con un gran peregrinar buscando información, siempre insatisfecha. De repente los contactamos a través del Equipo Argentino de Antropología y les damos la certeza que necesitan. Puede ser que después del secuestro lo llevaron a un centro clandestino y después de la tortura y la muerte a una tumba colectiva o también pudo haber sucedido que después del secuestro dieran vuelta la esquina, lo mataran fingiendo un enfrentamiento y lo sepultaran como NN. En ambos casos la búsqueda llegó a su fin.
–¿Cómo se llegó al hallazgo de los restos de las Madres de Plaza de Mayo?
–Conociendo que en los años ’70 se habían descubierto cadáveres aparecidos en el litoral marítimo en jurisdicción de los Tribunales de Dolores, en marzo de 1999 se solicitó la búsqueda y remisión a la Cámara de todas las actuaciones judiciales labradas. En el año 1984 el intendente del partido de General Lavalle había denunciado inhumaciones clandestinas y logrado sendas investigaciones judiciales. Aunque las causas se terminaron sobreseyendo, se realizaron inhumaciones y peritajes. A uno de los cadáveres se sexo femenino se le habían amputado las manos para su remisión al laboratorio necropapiloscópico de la policía de la provincia de Buenos Aires y posteriormente se determinó que correspondía a Angela Aguad. Angela fue una de las doce personas que entre los días 8 y 10 de diciembre de 1977 fueron secuestradas en la iglesia de la Santa Cruz y en distintos lugares de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. A partir de allí, se siguió trabajando sobre la hipótesis de que el resto de los cadáveres hallados en la costa atlántica y en fechas cercanas al mes de diciembre de 1977 podrían pertenecer a ese grupo llamado de la iglesia de la Santa Cruz. Con todo rigor científico se procedió a una exhumación de los restos, a su estudio antropológico, a la extracción de ADN mitocondrial, a la extracción de muestras a los familiares, a su remisiónal Laboratorio de Inmunogenética y Diagnóstico Molecular (Lidmo) de la Universidad de Córdoba, que certificó la identificación de las madres, lo que posibilitó al tribunal entregar los restos para su definitiva inhumación.
–¿Se sigue intentando la identificación de los demás restos?
–Sí. Efectivamente se sigue trabajando sobre la misma hipótesis y sobre otras que se han ido incorporando.
–¿Por qué estas identificaciones han supuesto un salto cualitativo en las investigaciones?
–Se sabe que las madres fueron entregadas por Astiz, se sabe que estuvieron en la ESMA donde fueron torturadas, se dio por probado en la causa ESMA que habrían sido “trasladadas” (eufemismo utilizado como sinónimo de aniquilamiento) en un vuelo de la muerte. Pues bien, ahora se cierra el círculo encontrando los restos y confirmándose por el examen forense que presentan lesiones compatibles con haber sido arrojados desde un avión. Es por eso que la Cámara dispuso que copia de lo actuado se remita a la causa ESMA que muy pronto pasará a Tribunal Oral.
–La Cámara fue una precursora en impulsar la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida. Después del fallo de la Corte ¿cuáles son las tareas pendientes en este plano?
–Desde el punto de vista jurídico creo que no hay. La Cámara desplegó los instrumentos para posibilitar las investigaciones cuando mandó las causas a primera instancia. Lo que hay que hacer es preparar las investigaciones para los juicios orales, avanzar en el terreno procesal. Ya las grandes defensas del derecho como las leyes de impunidad o los indultos prácticamente no están e incluso los indultos alcanzan a muchos menos.
–De acuerdo con los argumentos del fallo del caso Poblete, ¿la Corte debería anular los indultos?
–Es un tema diferente. No es previsible lo que pueda hacer porque el indulto tiene otra naturaleza jurídica. La incertidumbre con el fallo de la Corte es qué harán las Cámaras del interior, porque a partir de ahora tienen que poner en marcha un sistema de enjuiciamiento. Para nosotros es un espaldarazo que da la Corte a lo que ya se venía haciendo, pero hay muchas jurisdicciones en las que tienen que empezar.
–También se debería unificar el procedimiento de estos juicios porque hay distintos criterios según las jurisdicciones.–Lo ideal sería que se hiciera con una ley ad hoc para estos casos. Si no, la Corte o la Cámara de Casación podrían hacerlo.


Publicado digitalmente: 12 de julio de 2003

El Cuervo
Alfredo Astiz: el cuervo de los ángeles
Por José Luis Zamora

¿Por qué habría de seguir llamándoselo, cuando nos referimos al exrepresor Astiz: “Angel” cuando, entre otros alias, figura en la memoria de los testimonios del horror de exdetenidos en la ESMA, el de “cuervo”? Mención tenebrosa para el común de los mortales. Un ángel, como todos imaginamos, por más terrible que fuere su proceder, seguramente, es poseedor de ciertos reparos a la hora de actuar, un cuervo, por el contrario, lo conocemos como ave de rapiña, que en éste caso se aproxima mucho más a la persona de Astiz, con el perdón del pobre bicho negro. Pero está el dicho: cría cuervos y te sacarán los ojos. De ahí, tal vez, la mala fama del animal. En el caso de Astiz viene a colación dado que supo infiltrarse con documentación falsa como hermano de un desaparecido en el grupo de, entre su mayoría mujeres, que se reunían con el apoyo del padre Mateo Perdía en la parroquia de la iglesia Santa Cruz, (...) El cuervo desplegó sus alas de maldad y en operativos realizados entre el 8 y 10 de diciembre de 1977 por el grupo de tareas que él integraba, 3.3.2 de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), secuestró a doce personas, las cuales nunca más aparecieron con vida. (...) Astiz el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, se retiró antes de la reunión con un beso en la mejilla de Nélida Chidichimo. La acción del genocida era que estaba “marcando” las madres a los agentes infiltrados dentro de la iglesia. Nélida se salvó por puro milagro, fue testigo de los secuestros de Esther de Careaga y de María Ponce de Bianco producidos esa misma noche. También se llevaron a la monja francesa Alice Domon, arrastrándola con sus manos maniatadas. El sábado 10 en la avenida Mitre de Sarandi a pocos metros de su domicilio particular, tres hombres del grupo de tareas de la ESMA secuestraron a la primera presidenta de las Madres: Azucena Villaflor de De Vincenti. Ese mismo día, pero lejos de allí, en la capilla Santa Rosa de Ramos Mejía también era secuestrada otra monja francesa Leonie Duquet. En los días en los que se llevó a cabo la barbarie fueron secuestradas, además de las personas anteriormente mencionadas, otras siete: Patricia Oviedo, Eduardo G. Horano, Raquel Bulit, Ángela Auad, Remo Berardo, Julio Fondovila y Horacio Elbert. Doce en total, doce desaparecidos, doce vidas que se fueron y que aún reclaman justicia. Paradójicamente, el infiltrado, el número trece, el judas, el cuervo permanece en libertad.
Mas >>> http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0366


www.pagina12.com
Buenos Aires-Argentina, 11 Julio 2005 Por Victoria Ginzberg

IDENTIFICARON LOS RESTOS DE TRES FUNDADORAS DE MADRES DE PLAZA DE MAYO DESAPARECIDAS
“No se puede hacer desaparecer lo evidente”

Los familiares de las Madres desaparecidas anunciaron el hallazgo junto a las compañeras de sus madres.

El hallazgo de los cadáveres implica por primera vez la existencia de una prueba científica irrefutable de los “vuelos de la muerte”. Las mujeres estuvieron secuestradas en la ESMA. La historia de las tres mujeres que desaparecieron por denunciar a la dictadura.

“Nuestras madres, incansables luchadoras que dieron la vida por sus hijos, no pudieron vencer a la muerte, pero eran tan obstinadas que sí pudieron vencer al olvido. Y volvieron. Volvieron con el mar, como si hubieran querido dar cuenta, una vez más, de esa tenacidad que las caracterizó en vida. La presencia de sus restos da testimonio de que no se puede hacer desaparecer lo evidente. Volvieron con ese amor incondicional que sólo las madres tienen por sus hijos, para seguir luchando por ellos, por nosotros.” Los hijos de Azucena Villaflor de De Vincenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco eligieron estas palabras para compartir el hallazgo de los cuerpos de sus madres, fundadoras de Madres de Plaza de Mayo. Estas mujeres, que hace 28 años se organizaron para pedir justicia, aportaron ahora una prueba irrefutable para la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado: la primera evidencia científica completa de “los vuelos de la muerte”.
Los primeros indicios que condujeron al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) a identificar los restos de las fundadoras de las Madres aparecieron entre los resquicios que dejó la burocracia de la última dictadura. Una huella dactiloscópica hallada entre los papeles de un archivo de la Policía Bonaerense, perteneciente al laboratorio de necropapiloscopía, y un viejo expediente judicial de la ciudad de Dolores reclamado por la Cámara Federal porteña en las causas por la búsqueda de la Verdad condujeron al sitio donde podía estar enterrada una de las mujeres secuestradas el 8 de diciembre de 1977 en la iglesia Santa Cruz.

http://www.pagina12web.com.ar/diario/elpais/1-53475.html


Buenos Aires Argentina, 11 de Julio 2005
www.pagina12.com

Luis Bruschtein

OPINION
Grupo de Tareas de la ESMA en acción


Estaban en la iglesia de la Santa Cruz, el hombre joven les dio un beso en la mejilla y de repente irrumpieron hombres armados hasta los dientes. Dijeron que se trataba de un operativo antidroga. “¿Cómo antidroga y se la llevan a la hermana (la monja francesa Alice Domon) que no fuma, ni toma, ni nada?”, preguntó una de las madres entre los tironeos.
Las madres se reunían en la iglesia de los padres pasionarios, en el barrio de San Cristóbal, para ultimar una solicitada que llevarían al diario La Nación. Habían recolectado unas 800 firmas y el dinero que necesitaban. Otros grupos estaban reunidos en casas particulares y en otras iglesias. No recuerdan con exactitud si primero fueron los gritos o los frenos de los Falcon verde en la puerta, las órdenes furiosas de los hombres armados y de civil.
Fueron empujones, (…) gritos de las madres y familiares, (----) en el atrio. El grupo detectó a los que debía secuestrar y empezó a arrastrarlos hacia la puerta. Algunos tironeaban de ellos para impedirlo, enfureciendo a los secuestradores que gritaban, enardecidos, y amenazaban con sus armas. Los forcejeos y el griterío continuaron en el exterior, por la vereda de entrada a la iglesia. “Es un operativo antidroga”, gritó el jefe. Y entonces el estampido de las puertas de los Falcon cerrándose, el rugido de los motores y el chirrido de las llantas. Después silencio, algunos llantos.
Fue el 8 de diciembre de 1977. Ayer, en el local de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba), las Madres de Plaza de Mayo María del Rosario Cerruti, Aída Sartí y Nélida de Chidíchimo reconstruyeron el operativo. Entre el 8 y el 10 de diciembre, hubo otros operativos donde fueron secuestrados más familiares de desaparecidos. El 10, cuando se publicó la solicitada que habían preparado, fue secuestrada en la calle, en el Dock Sud, cerca de su domicilio, Azucena Villaflor de Vincenti, la madre que había impulsado la organización de las madres. La nómina de secuestrados durante esos días se completa con Angela Auad, Remo Berardo, Raquel Bulit, Horacio Elbert, Julio Fondovila, Gabriel Horane, Patricia Oviedo y Leonie Duquet, la otra monja francesa.

http://www.pagina12web.com.ar/diario/elpais/subnotas/53475-17913.html

ARGENTINA:
Hallan restos de tres Madres de Plaza de Mayo
Por Marcela Valente

BUENOS AIRES, 8 jul (IPS) - El Equipo Argentino de Antropología Forense anunció este viernes el hallazgo de los restos de tres mujeres desaparecidas en 1977, fundadoras del movimiento Madres de Plaza de Mayo en plena dictadura (1976-1983).

Junto a hijos de las tres mujeres, los investigadores confirmaron que los cuerpos de Azucena Villaflor de De Vincenti, Esther Ballestrino de Careaga y Maria Eugenia Ponce de Bianco habían sido arrojados al mar poco después del secuestro de esas defensoras de los derechos humanos.

”Yo tenía 16 años cuando la secuestraron. No tenía ninguna expectativa de que la encontraran, pero en abril nos avisaron de un posible hallazgo y entonces hicimos el test genético”, contó a IPS Cecilia de Vincenti, hija de Villaflor. Más >>> http://www.ipslatam.net/interna.asp?idnews=34440


Hallan restos de fundadora de las Madres de Plaza de Mayo

EFE
Los restos de una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, fueron hallados en un cementerio de Argentina 28 años después de que la mujer fuera arrojada al mar en los "vuelos de la muerte" de la dictadura.
Un equipo de antropología forense confirmó hoy que, junto con el de Villaflor, fueron encontrados los cadáveres de María Eugenia Ponce y de Esther Ballestrino de Careaga, otras dos Madres desaparecidas en el último régimen militar (1976- 1983).
Ana María Careaga, hija de Esther Ballestrino de Careaga, afirmó que es la primera vez que "se recuperan cuerpos del mar, se los identifica y se los vincula claramente" con la represión ilegal.
"Nuestras madres no pudieron vencer a la muerte, pero eran tan obstinadas que sí pudieron vencer al olvido. Volvieron con el mar, para seguir luchando por nosotros", dijo en una rueda de prensa, flanqueada por sus hermanos y por los hijos de las otras mujeres.
Mas >>> http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20050708/pags/20050708155831.html


Buenos Aires, 8 de julio de 2005

Ante la aparición de los restos de nuestras madres Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de De Vincenti


JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS CULPABLES


“Sólo pido una cosa, los que sobrevivís a esta época no olvidéis. No olvidéis ni a los buenos ni a los malos. Reunid con paciencia testimonios sobre los que han caído por sí y por vosotros.
Un día, el hoy pertenecerá al pasado y se hablará de una gran época y de los héroes anónimos que han hecho historia. Quisiera que todo el mundo supiese que no ha habido héroes anónimos. Eran personas con su nombre, su rostro, sus anhelos y sus esperanzas y el dolor del último de los últimos no ha sido menor que el del primero cuyo nombre perdura”.
Julius Fucik (escritor y periodista checoslovaco asesinado por los nazis).

Entre los meses de abril y mayo de 2005 fueron identificados los restos de nuestras madres Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de De Vincenti, integrantes de las primeras madres de Plaza de Mayo, quienes habían sido secuestradas los días 8 y 10 de diciembre de 1977 por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), y desde entonces permanecieron detenidas-desaparecidas.
El hallazgo e identificación de sus restos, resultado del valioso e importante trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), fue posible gracias a la denodada e inclaudicable lucha de los organismos de derechos humanos -sostenida desde hace casi 30 años-, por la Verdad, por la Justicia, contra la Impunidad.
Esther y María fueron secuestradas el 8 de diciembre en la Iglesia Santa Cruz. Azucena, el 10 de diciembre a dos cuadras de su casa. Las madres habían empezado a reunirse ante la falta de respuesta a sus reclamos, luego de golpear infructuosamente puertas de cuarteles, cárceles y ministerios buscando a sus hijos desaparecidos. Esther pudo encontrar a su hija Ana María -secuestrada en el Centro Clandestino de Detención “Club Atlético”- y tenía aún desaparecido a su yerno Manuel Carlos Cuevas, marido de Mabel. Mary buscaba a su hija Alicia Bianco. Azucena a su hijo Néstor De Vincenti y a su nuera Raquel Mangin. Estas madres -ejemplo de ética y de lucha colectiva- fueron, junto a otras mujeres en iguales circunstancias, quienes impulsaron y crearon el Movimiento de las Madres de Plaza de Mayo.
Ese 8 de diciembre el grupo de familiares se encontraba reunido en la Iglesia con el objetivo de recaudar fondos para publicar una solicitada con la lista parcial de los detenidos-desaparecidos, víctimas de la dictadura militar. A pesar de los secuestros, dicha solicitada fue finalmente publicada el día 10 de diciembre en el diario La Nación.
Este operativo fue resultado de la infiltración del entonces teniente de fragata Alfredo Astiz en el grupo de familiares, quien se había presentado como hermano de un detenido-desaparecido con el seudónimo de Gustavo Niño. La desaparicion de Esther, Mary y Azucena no fue fortuita. Basándose en un trabajo de inteligencia dentro de la organización de las Madres, la Marina decidió quiénes tenían que desaparecer para acabar con ella. Pero no fue así, ese germen de resistencia habría de ser imparable, y de eso da cuenta –entre muchas otras cosas- la presencia hoy aquí de las Madres con sus perdurables y dignos pañuelos blancos. Buscaban a sus jóvenes hijos que luchaban por una sociedad más justa. Las razones de esa lucha siguen vigentes y las Madres la continúan activamente.
Durante 28 años los familiares hemos sostenido nuestro reclamo de Verdad y Justicia. Hoy –insistimos- como resultado de esa lucha, podemos conocer y hacer conocer parte de esta verdad. Por innumerables testimonios de los sobrevivientes de la ESMA, pudimos saber que nuestras madres estuvieron allí, que fueron torturadas y posteriormente trasladadas. Alrededor del 20 de diciembre de 1977 comenzaron a aparecer cuerpos en la costa del Océano Atlántico, entre Santa Teresita y Mar del Tuyú, que fueron presurosamente enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle, provincia de Buenos Aires. A partir de la tarea de los antropólogos, que permitió el hallazgo y posterior identificación de los restos de Esther, María y Azucena, hoy se comprueba lo que los organismos siempre denunciaron. Hoy se corrobora cómo se completaba el circuito del terror. Sus restos, que presentan múltiples fracturas provocadas por el impacto de una caída desde gran altura, certifican que fueron arrojadas vivas al mar, poniendo al descubierto la dimensión real del horror.
Nosotros queremos denunciar que esta verdad, que a los familiares nos llevó 28 años conocer, estaba en posesión de la Marina autora del hecho, del resto de las Fuerzas Armadas, de la Iglesia, que a través de los capellanes de la ESMA consolaba a los marinos cuando volvían de los vuelos, diciéndoles que habían brindado a sus detenidos una muerte cristiana y sin sufrimiento. Esta verdad era conocida por el Departamento de Estado Norteamericano, como consta en documentos desclasificados, en los cuales el entonces embajador en la Argentina, Raúl Castro, revela que la embajada norteamericana había obtenido información confidencial de una fuente protegida del gobierno argentino, acerca del hallazgo de 7 cuerpos en la costa atlántica, entre los cuales se encontrarían las madres secuestradas por fuerzas de seguridad entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977. Este informe tiene fecha de marzo de 1978.
Hoy, con la declaración de inconstitucionalidad de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida -producto, una vez más, de la lucha de las organizaciones-, se abre una nueva etapa para que se haga justicia, para que quienes cometieron estos crímenes paguen por lo que hicieron. Esa justicia -que aún se le adeuda al conjunto de la sociedad- fue reiteradamente postergada, no sólo mediante las mencionadas leyes, sino también a través del Indulto, aún vigente. Continuaremos con las acciones legales ya iniciadas y ampliaremos esta demanda también contra todos los que conocían estos hechos y los ocultaron.
Exigimos saber toda la verdad. Exigimos saber quiénes fueron todos los represores que actuaron en la ESMA en esos años, quiénes piloteaban los aviones, quiénes eran los médicos y los enfermeros que colocaban las inyecciones a los detenidos. Quiénes los arrojaban al mar.
Exigimos que se busque y se entregue a los familiares la información que todavía está en poder de las Fuerzas Armadas sobre cada uno de los detenidos-desaparecidos.
Es la primera vez que se recuperan cuerpos del mar, se los identifica y se los vincula claramente a la detención, posterior desaparición y reclusión en un Centro Clandestino de Detención, en este caso la ESMA.

Nuestras madres, incansables luchadoras que dieron la vida por sus hijos, no pudieron vencer a la muerte, pero eran tan obstinadas que sí pudieron vencer al olvido. Y volvieron. Volvieron con el mar, como si hubieran querido dar cuenta, una vez más, de esa tenacidad que las caracterizó en vida. La presencia de sus restos da testimonio de que no se puede hacer desaparecer lo evidente. Volvieron con ese amor incondicional que sólo las madres tienen por sus hijos, para seguir luchando por ellos, por nosotros.

En memoria de Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de De Vincenti; en memoria de todos los demás detenidos-desaparecidos del grupo de la Iglesia Santa Cruz: Angela Auad, Remo Berardo, Raquel Bulit, Horacio Elbert, Julio Fondovila, Gabriel Horane, Patricia Oviedo y las religiosas francesas Alice Domon y Leonie Duquet; y en memoria de los 30.000 detenidos-desaparecidos, exigimos Verdad y Justicia. árcel común a todos los genocidas. No vamos a olvidar, no vamos a perdonar. Juicio y Castigo a todos los culpables.


Buenos Aires, 8 de julio de 2005

Ester Careaga / Mabel Careaga / Ana María Careaga
Ana Bianco / Luis Salvador Bianco
Cecilia De Vincenti / Pedro Eduardo De Vincenti

Textos de Luis Bianco (hijo) y de Marta Gómez (amiga) extraídos de Por la memoria (Editado por : Comisión por la memoria, la verdad y la justicia de Liniers, Villa Luro y Mataderos 2003/04)

María Eugenia Ponce de Bianco y Alicia Bianco

Mamá nació el 6 de julio de 1924 en Tucumán. Era una gran mujer, una “negra india tucumana” de ley. Aunque sólo fue al colegio hasta quinto grado en la primaria, leía muchísimo y tenía una gran formación autodidacta. Por eso nos ayudaba siempre en las tareas escolares. Además era una gran cocinera y experta en corte y confección.. Siempre hablaba de la igualdad entre los hombres. Ella me enseñó a no temer a los mendigos, a la gente diferente, siempre decía “andá con dignidad y la mirada limpia”. Alicia, mi hermana mayor, mamó de ella ese carisma. Nació el 22 de octubre de 1952. Tuvo una infancia feliz, era muy leal, simpática y compradora. Hizo el secundario en el Comercial 32 y cursó hasta el tercer año de la Carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, hasta que dejó el estudio para dedicarse a pleno a la militancia. Al comienzo era montonera, pero luego por disidencias políticas con esa organización se incorporó al ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Con cuatro compañeros armaron una casilla en la villa Perito Moreno, en donde daban clases a los pibes que no iban a la escuela.
Mi hermana desapareció el 30 de abril de 1976, tenía 23 años cuando fue secuestrada a la madrugada en mi casa de Coronel Pagola 225 de Lomas del Mirador. Sí recuerdo que un día antes guardamos en casa a un compañero de ella, que en un “enfrentamiento erpiano” había quedado herido de bala. Mi vieja le sacó esa bala y curó como pudo su herida, luego papá le dio ropas y lo llevó a algún lugar de Haedo, creo que a su casa. Allí estaba la madre de este muchacho, quien al verlo ensangrentado y malherido paró al primer patrullero que vio y comentó el episodio. Al día siguiente desapareció Alicia.
Mamá se metió en Madres de Plaza de Mayo enseguida para buscar a su hija, junto con muchas más madres, quienes todavía hoy luchan por justicia para sus hijos . Me costó once años olvidarme de las masitas que le compraba a mi vieja para los días de la madre en la confitería de Martiniano Leguizamón y Alberdi. Quiero decir, luego de su desaparición las seguí comprando para ella, cada octubre, como un ritual durante once años. En el año 1982 falleció papá de un problema renal. Estuvo internado más de un mes en el Hospital Santojanni, yo estuve con él hasta el final. Nunca voy a olvidar sus últimas palabras: “cuando las veas a mamá y a Alicia, decíles que las quiero mucho”. Por supuesto que nunca más las vi, pero estoy seguro de que él sí.
Luis Bianco, hijo (Integrante de la Comisión por la memoria, la verdad y la justicia de Liniers, Villa Luro y Mataderos. Integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Confederación General del Trabajo) Celular : 15 4 9936132 / 4 382-7762 (trabajo)

Sobre María Eugenia Ponce de Bianco

Este ejercicio de la memoria que me remonta a mis doce años te lo debía, y desde ese lugar contarles a todos qué mujer distinta vieron mis ojos asombrados cuando entré a tu casa de Alberdi 7054. Sólo hoy a mis cuarenta y ocho años puedo valorar en toda su dimensión.
Eras la mujer que fumaba, usaba pantalones, manejaba el dinero y los negocios familiares como nadie de su generación, excelente cocinera y además atea. Pero reconozco lo que más me sedujo y me atrajo fue tu pensamiento filosófico. El primer libro que me regalaste y aún conservo fue "El talón de hierro" de J. London, después me dedicaste muchas tardes para analizar esa novela maravillosa, y luego seguimos con "El origen de la familia. La propiedad..." de F. Engels, que también conservo.
A esta altura yo quería saber por qué te decías marxista leninista y me enseñaste a leer "El Capital", entonces todos mis esfuerzos personales los dediqué a ser como vos. Fuiste mi ejemplo a seguir, y muchas veces sentí celos de tus hijos por la madre que tenían. Sufrí muchas veces en silencio cuando después de la desaparición de tu hija Alicia tuviste que cerrar la colchonería de Alberdi 7056. Ahí empezaste a cuidarme y ya no podíamos pasar más tiempo juntas... me acuerdo que me decías: "hoy no vengas por casa"...
Nuestro enemigo no se equivocó, sabía quién eras, no fue nada casual: junto con Azucena Villaflor y Esther Ballestrino eras de las más luchadoras del grupo fundador de las Madres de la Plaza, y por eso desaparecieron. Recuerdo que hasta me pediste mi número de documento para la solicitada a fin de acompañarte con mi firma. Tu madurez política te llevó a romper con el PC y te transformaste en una lúcida y activa militante del ERP. Pocos saben que recuperaste una sobrina nieta de nombre Soledad después de la desaparición de tus sobrinos Manuel y Oscar Ponce.
Conociéndote, sé que fuiste la más luchadora y que no esperaste nada a cambio, sólo la satisfacción ante la vida y esa es la verdad que quiero contar en agradecimiento a todo lo que me diste. Creo que es el mejor homenaje que puedo hacerte.
Marta Gómez, amiga (Integrante de la Comisión por la memoria, la verdad y la justicia de Liniers, Villa Luro y Mataderos). Celular: 15 5 3851254 particular: 4 457-7840

Las Madres, mi madre

Azucena Villaflor de De Vicenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, tres madres emblemáticas son nuestras madres, y también las madres de Néstor de De Vincenti y de Ana Maria Careaga sobreviviente del centro clandestino, “Club Atlético”, y de Alicia Bianco y de los 30.000 detenidos-desaparecidos. Tres buenas mujeres, que sin proponérselo hicieron Historia, con mayúscula. Desde el dolor se amucharon, se juntaron, se acompañaron y empezaron a andar alrededor de la Plaza, por iniciativa de Azucena, un 30 de abril de 1977. Las Madres siempre estuvieron un paso adelante en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos. Las madres de los desaparecidos deambulaban desde el golpe del ’76 por la sede de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y luego en Familiares de detenidos desaparecidos por razones políticas, pero ambas organizaciones no podían contenerlas en todo el sentido de la palabra- y crearon la propia, con una impronta maternal y de lucha inclaudicable. Eran épocas en que el mismo dolor y la angustia que las movilizaba para encontrar a los hijos, las hacía más fuertes. No eran épocas de protagonismos, ni de mezquindades, tampoco de exposición mediática. Las Madres realizaban una labor tenaz, pacífica, efectiva, creativa en la denuncia y en el manejo de la información. Los liderazgos surgían por carisma propio, como Azucena Villaflor de De Vincenti, líder natural de las Madres – peronista, su casa en Sarandí era uno de los puntos de reunión para discutir el día a día del cómo seguir. Azucena era una mujer inteligente, firme, y de una gran sensibilidad. Hay gestos que la describen en toda su dimensión humana, como el que tuvo con Chicha Mariani – integrante de las primeras 12 Abuelas de Plaza de Mayo-. El Secretario de Estado de los EEUU, Cyrus Vance, estuvo el 21 de noviembre de 1977 en Argentina y fue a rendirle homenaje al general San Martín y se encontró imprevistamente con un grupo de Madres con pañuelos y con familiares, que de la nada, y a los gritos aparecieron con sus reclamos y cartas de denuncia. Chicha se quedó con su denuncia en la mano, sin poder entregarla, cuando el resto ya lo había hecho en el medio de los apretujones. Azucena, sin demora, le arrebató la carta y atravesó la Plaza San Martín nuevamente para entregarla en mano a la comitiva.
Las aguerridas Esther y Mary para esas acciones concretas aportaban ideas y experiencias de organización y militancia. Esther de Careaga, fue un aporte importante con su experiencia de lucha y visión política, en el grupo fundacional de las Madres. Había sido una militante y cuadro político en el Partido Revolucionario Febrerista, de orientación socialista en Paraguay y estaba exiliada en Argentina desde 1947. Mantuvo sus convicciones hasta tal punto que, una vez reaparecida su hija Ana, Esther,- las Madres la llamaban “Teresa”- eligió quedarse para luchar junto a las Madres, porque estaba convencida de: ”Que todos los desaparecidos son mis hijos”.
En iguales circunstancias, ¿qué otras madres hubieran hecho lo mismo? y Esther pagó con su propia vida el seguir luchando.”
Mary Ponce , con una clara ideología de izquierda, había estado afiliada al Partido Comunista e incluso salió de garante a su favor en marzo del ’76 con su propiedad. Y luego rompió con esa organización por la posición política frente al genocidio y por haberle negado ayuda para buscar a mi hermana, aduciendo la militancia de ella en el ERP. Durante el secuestro de Alicia, el 30 de abril de 1976, mi mamá se defendió agarrando a uno del grupo de tareas de los pelos y les dijo a todos: “No sé cómo no les da vergüenza acariciar a sus hijos cuando llegan a sus casas”. Después de robar efectos personales, dinero y maniatarla junto a su marido, se retiraron. Cerró el negocio familiar, en Mataderos, convirtiéndose en una luchadora incansable, de tiempo completo junto con otros familiares y luego con las Madres. Y además realizaba desde mayo del ´77 con Niní de Belli, -quien tenía una hija, Mariana desaparecida el 26.5.78- tareas de solidaridad concreta y de contención con los familiares de los detenidos políticos. Mirta Baravalle de Madres y Graciela Lois de Familiares pueden dar testimonio de que Mary, recupera a su sobrina nieta, Soledad Ponce, de 11 meses, secuestrada el 15 de febrero de 1977, el mismo día en que son asesinados mis primos, Manuel Ponce y Oscar Ponce, ambos militantes del ERP. Soledad fue dejada en la Casa Cuna por oficiales de la Policía, y restituida el 18 de abril de 1977. Después del asesinato de Oscar, María Laura Ponce de León, su compañera desaparece con fecha incierta. Inés Alicia García, la mamá de Soledad, cae el 19 de mayo de 1977 con otros compañeros en Junta 1385 de la Capital (Legajo 1632 de la Conadep). Todos continúan desaparecidos”
Los desaparecidos, inscriptos perversamente como NN - no natos, no nacidos-, a los que se les quitó el juicio de existencia, también pueden denominarse No Nombrados, porque existe una parte considerable de la sociedad argentina que ha preferido y prefiere olvidar sus nombres. Con la “reaparición” de las tres madres, se las nombra, se las reconoce y se las recuerda. Ellas nos volvieron a juntar, a nosotros sus hijos, y nos seguirán guiando para conseguir justicia y cárceles a los genocidas.
Ana Bianco, hija


-----Mensaje original-----
De: Liniers, Mataderos, Villa Luro [mailto:xlamemoria@yahoo.com.ar]
Enviado el: Viernes, 08 de Julio de 2005 10:52 a.m.
Para: Por la Memoria
Asunto: Hallaron los restos de la fundadora de las "Madres"

COMPAÑEROS: Busqué esta nota en internet para reenviárselas por varios motivos. Uno es la emoción que me provoca el trabajo de los antropólogos argentinos que anónimamente trabajan con la memoria de los cuerpos por la memoria de nuestro país. Otro es la sensación de orgullo que siento por esas Madres que abrieron su corazón y fueron traicionadas por "el ángel rubio" en la iglesia de la Santa Cruz. Me estremece pensar cómo poco a poco las verdades salen a la luz. Me alegra pensar que todavía haya muchas Madres de Plaza de Mayo para ser testigos de este momento. Gracias a esas Madres que parieron dos veces a sus hijos, y que también nos parieron a nosotros, gracias a esa lucha incansable, a ese marchar silencioso y revolucionario, gracias a esos pañuelos blancos de pureza e identidad, es que hoy estamos h istórica desde nuestros barrios. El otro motivo de mi envío es que esto lo vivo como una bendición para las familias de esas maravillosas mujeres. Conocemos a Ana y a Luis Bianco, hijos de Mary Ponce y hermanos de Alicia -aún desaparecida-. Ellos van a enterrar a su mamá 28 años después. No tendrán las respuestas a las preguntas que quizás muchos familiares de desaparecidos nos hacemos, no, pero tendrán la certeza de un destino inevitable, y un lugar donde encontrarse con el recuerdo de a quien amaban. Traté de ser breve pero no pude... les dejo el artículo para que lo lean, ha salido en todos los diarios del día de hoy. Un abrazo fuerte, Paula

CONFIRMACION DEL EQUIPO ARGENTINO DE ANTROPOLOGIA FORENSE
Hallaron los restos de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor y otras dos madres estaban desaparecidas desde 1977. Habían sido secuestradas por Astiz. Sus cuerpos fueron encontrados enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle.


Los cuerpos de tres mujeres desaparecidas durante la dictadura militar fueron hallados en la provincia de Buenos ires. Uno es el de Azucena Villaflor de Devicenti, primera presidente de Madres de Plaza de Mayo, secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) por un grupo de tareas integrado por Alfredo Astiz. Los otros cadáveres corresponden a Esther Ballestrino de Careaga y a María Eugenia Ponce de Bianco, cofundadora de Madres. Con Villaflor, las tres fueron señaladas por Astiz en la iglesia de la Santa Cruz, en San Cristóbal, hace 28 años.
El anuncio del hallazgo de los cuerpos se realizará hoy a las 13 en la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. starán los familiares de las m ujeres desaparecidas y miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabajó en la investigación. Los tres cuerpos estaban enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. Antes, habían sido encontrados en la localidad de Santa Teresita. Los secuestros de Azucena Villaflor, Esther Careaga y María Eugenia Ponce se produjeron en diciembre de 1977. El 8, al anochecer, Astiz dio la señal para que se lanzara el operativo sobre una reunión en la iglesia. Secuestraron a ocho personas. Entre ellas, Careaga -de nacionalidad paraguaya- y Ponce; también a las monjas francesas Alice Domon y Reneé Leonnie Duquet. A los dos días, un comando clandestino de la Armada capturaba a Villaflor en la esquina de su casa, en Sarandí, en una operativo con dos Ford Falcon.
La calle donde sucedió todo (Crámer) hoy lleva su nombre. Villaflor tenía 53 años, cuatro hijos -uno de ellos Néstor, detenido por militar en la Juventud Peronista- y dos nietas muy pequeñas. Las tres mujeres fueron ingresadas a la ESMA. Específicamente, las tuvieron en un altillo llamado "Capuchita", donde eran depositados los secuestrados que mantenían en mayor secreto. Continúan desaparecidas. Con el correr del tiempo, las monjas, Villaflor y sus compañeras se convirtieron en un emblema. Entre otras razones, por el modo en que fueron secuestradas y por la participación en el episodio de Astiz. La iglesia de la Santa Cruz, base de los padres pasionistas, se había convertido en el centro de reunión de personas cuyos familiares habían sido secuestrados por la dictadura militar. Astiz se infiltró entre ellos con un seudónimo: "Gustavo Niño". Participó de varios encuentros con la excusa de que tenía un hermano desaparecido, y hasta se ganó la confianza de alguna de las madres. Una mañana, temprano, varios agentes de la Marina fueron distribuidos en distintos puntos de la Iglesia mientras se realizaba la misa de Primera Comunión. La orden: detener a quienes habían sido señalados previamente por Astiz. Así se hizo. Víctimas de ese grupo de tareas, también desaparecieron Angela Aguad, José Julio Fondevilla, Eduardo Gabriel Horane, Patricia Cristina Oviedo, Raquel Bulit y Remo Carlos Berardo. El Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabajó en la investigación, fue creado en 1984 y participó en el hallazgo de numerosos cuerpos de desaparecidos. Sus miembros también trabajan como peritos y consulto res de la Justicia en otros casos y en distintos países.

Una víctima de Astiz

Azucena Villaflor fue una víctima del más oscuro símbolo de la represión, el marino Alfredo Astiz, que integraba el Grupo de Tareas de la ESMA y se infiltró entre las primeras Madres de Plaza de Mayo. "Yo pensaba que era hijo de Azucena", dijo sobre Astiz Carmen Aguilar al declarar como testigo en esta causa, paralela a la causa ESMA. Astiz y los otros integrantes de su grupo de tareas fueron beneficiados en la década del 80 por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Pero en mayo del año pasado fueron procesados por el juez federal Sergio Torres. El magistrado procesó a Astiz, Jorge "Tigre" Acosta, Antonio Pernías y Héctor Febres por las desapariciones de Alicia Domon, Angela Aguad, María Eugenia Ponce, José Fondevilla, Eduardo Horane, María Esther Ballestrino, Patricia Oviedo, Raquel Bulit, Remo Berardo, Reneé Duquet y Azucena Villaflor.

http://www.clarin.com/diario/2005/07/08/elpais/p-01401.htm
Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Liniers, Mataderos y Villa Luro
xlamemoria@yahoo.com.ar


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